ESPAÑA SUBE CINCO PUESTOS, HASTA EL 29, EN LA CLASIFICACIÓN MUNDIAL DE LA LIBERTAD DE PRENSA

- Aunque empeora su índice de valoración por la ‘ley mordaza’ y el control "escandaloso" en RTVE, según Reporteros sin Fronteras. España ha subido este año cinco posiciones en la ‘Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa’ y se coloca en el puesto 29 de este ranking anual que elabora anualmente Reporteros sin Fronteras (RsF).

Pero según aclara la organización internacional de periodistas, se trata de un ascenso que "solo se explica por el contexto de deterioro conjunto de los países vecinos en la tabla", porque, de hecho, España empeora 1,23 puntos, de 17,36 a 18,69, en el índice que mide las “agresiones” a la libertad de prensa. A más agresiones, mayor puntuación en el índice.
Este empeoraminto es debido, según Reporteros, a varias razones. En primer lugar, a la “restrictiva” Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como ‘ley mordaza’, por el “impacto que tiene en la libertad de expresión y de información” y que “comenzó a afectar a los profesionales de los medios de comunicación en 2016”.
RsF refiere que “al menos seis periodistas fueron sancionados con multas, acusados de impedir la labor de los agentes de la policía o de haberles tomado fotografías”, gracias a esta ley que “fue ratificada en 2015 por la mayoría del PP en el Parlamento” con la oposición del resto de partidos.
Reporteros sin Fronteras también achaca la peor valoración que experimenta España en su clasificación mundial al “control escandaloso en la información de la cadena pública Radiotelevisión Española (RTVE)”.
Asimismo, refiere ”la fuerte crisis que ha experimentado el mercado laboral en España en los últimos años, que se ha traducido en una precarización sin precedentes de la profesión periodística”. “A menudo los periodistas independientes reciben salarios muy bajos, incluso carecen de remuneración, en un sector que ha perdido su prestigio”.
TRUMP Y 'BREXIT'
La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, que RsF publica desde 2002, calibra el respeto al pluralismo y la independencia de los medios en 180 países a partir de las "violaciones a la libertad de información" registradas en el último año.
La lista la encabezan un año más los países nórdicos. En este caso, Noruega toma el relevo de Finlandia en el primer puesto, que pasa al tercero. Suecia ocupa el segundo lugar y Dinamarca el cuarto, seguido de Países Bajos.
Al otro extremo de la clasificación se encuentra Eritrea (179º), país que autorizó a los medios de comunicación extranjeros a entrar en su territorio por primera vez en 2007 y bajo extrema vigilancia, y que deja de ocupar el último lugar en la lista para dar paso a Corea del Norte.
”El régimen norcoreano sigue manteniendo a la población en la ignorancia y el terror. Por el simple hecho de escuchar una radio localizada en el extranjero, un ciudadano puede ser enviado a un campo de concentración”, denuncia RsF.
Entre los últimos de la lista también se encuentran Turkmenistán (178º), una de las dictaduras más herméticas del mundo, en la que la represión de los periodistas no deja de intensificarse, y Siria (177º), "sumergida en una guerra interminable, y que sigue siendo el país más mortífero para los periodistas, asediados por un dictador sanguinario y por grupos yihadistas”.
De la clasificación mundial de este año destacan los retrocesos que experimentan Estados Unidos (puesto 43º, -2) y Reino Unido (40º, -2). Los autores de la tabla lo explican en estos términos: “La llegada de Donald Trump al poder en Estados Unidos y la campaña del 'Brexit' en el Reino Unido han sido como una caja de resonancia para el ‘media bashing’ (ataques a la prensa), y los muy tóxicos discursos contra los medios de comunicación han hecho que el mundo entre en la era de la ‘posverdad’, la desinformación y las noticias falsas”.
De forma paralela, en todos los lugares donde ha triunfado el paradigma de hombre fuerte y autoritario retrocede la libertad de prensa. La Polonia (puesto 54º) de Jaroslaw Kaczynski pierde siete posiciones en la clasificación de 2017. Tras haber transformado al sector audiovisual público en herramienta de propaganda, el Gobierno polaco “se propuso asfixiar económicamente a diversas publicaciones independientes que se oponían a sus reformas”. La Hungría de Víktor Orbán baja cuatro puestos (71º) y la Tanzania de John Magufuli, 12 (83º).
Turquía (155º, -4), tras el fallido golpe de Estado contra Recep Tayyip Erdogan, “ha dado definitivamente un vuelco”, según RsF, y “ahora se ubica al lado de los regímenes autoritarios y es la mayor prisión del mundo para los profesionales de los medios de comunicación”. Mientras tanto, la Rusia de Vladimir Putin permanece anclada en la parte inferior de la clasificación, donde ocupa el lugar 148.
“El gran giro que experimentan las democracias produce vértigo en todos aquellos que piensan que sin una libertad de prensa sólida, no pueden garantizarse las otras libertades”, señala Christophe Deloire, secretario general de Reporteros Sin Fronteras. “¿A dónde nos llevará esta espiral infernal?”, se pregunta.

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