A Bruselas le preocupa especialmente las modificaciones que afectan a las condiciones de acogida y al retorno de los inmigrantes que llegan a Hungría de manera irregular, ya que teme que muchos son deportados a través de la frontera con Serbia, "incluso los demandantes de asilo", de manera sistemática y sin examinar la situación caso por caso.
Las autoridades húngaras tampoco cumplen con la obligación de permitir un "acceso efectivo" a los procedimientos para solicitar asilo dentro del país y Bruselas avisa de que las zonas habilitadas en la frontera "no son conformes" con la legislación europea, en especial en lo que se refiere a las personas vulnerables.
Los centros de detención que existen en las zonas de tránsito , en los que se retiene incluso a los menores de 14 años, tampoco están en línea con la normativa comunitaria y vulneran el derecho de asilo y la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, según la Comisión.
Con todo, Bruselas no ha dado el siguiente paso que contempla el procedimiento de infracción y que supone dar un ultimátum para que el Gobierno de Víktor Orban corrija las irregularidades en dos meses o sea llevado ante el Tribuna de Justicia de la Unión Europea.
La Comisión apuesta aún por el diálogo "político y técnico" con las autoridades húngaras y confía en poder enmendar la situación en los próximos meses, por lo que ha limitado su aviso a una carta "complementaria" que informa de las dudas de la institución y da dos meses para que el país responda.
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