La dificultad de acceso a la vivienda y la intensificación de discursos políticos y mediáticos contrarios a la acogida de inmigrantes han evolucionado como dos de los principales retos para una acogida de refugiados estable para las ciudades desde 2015, cuando se intensificó la crisis, han coincidido responsables municipales de migración de Barcelona, Viena (Austria), Milán (Italia) y Atenas (Grecia).
Lo han explicado una conferencia este jueves en el Centro de Estudios y Documentación Internacionales en Barcelona (Cidob), que se ha centrado en el ámbito municipal porque son las ciudades "quienes están lidiando con las consecuencias" más directas a pesar de no tener competencias, ha relatado la investigadora del centro Blanca Garcés, que ha dirigido la charla.
La mesa ha abierto el ciclo 'Refugiats: Diàlegs entre els actors implicats', organizado junto al Palau Macaya de la Obra Social La Caixa y que hasta 2018 reflexionará sobre qué se ha hecho y qué podría hacerse mejor desde diferentes ámbitos, desde el municipal hasta el regional y de las ONG, por ejemplo.
El director de atención a inmigrantes del Ayuntamiento de Barcelona, Ramon Sanahuja, y la concejal de Viena Faika El-Nagashi han descrito dos situaciones: la de ciudades en las que las dificultades en asuntos residenciales se juntan con una situación socioeconómica afectada por la crisis, y otras en las que la acogida a nivel local choca con opiniones mediáticas y políticas que llevan al miedo y a cuestionar la solidaridad.
Sanahuja ha relatado que Barcelona es una ciudad de migrantes, más que de refugiados, aunque en los últimos años han llegado asilados, que en su mayoría proceden de ciudades latinoamericanas como Venezuela y de países como Ucrania y Pakistán, en mayor medida que Siria, como en un inicio creía la opinión pública porque los veía llegar a Grecia e Italia.
El responsable barcelonés ha señalado que en España tanto inmigrantes como refugiados afrontan problemas de segregación escolar y paro, y ha añadido que la situación para los asiliados se junta con problemáticas que crea el sistema estatal de acogida de refugiados.
A su juicio, este sistema crea situaciones que los recién llegados no querían, como divisiones familiares: "La ciudad está llenando los huecos de este programa ineficiente que tenemos" a nivel estatal.
CONSECUENCIAS DE LOS TÓPICOS
Temas como la inmigración y los refugiados están dominando el discurso político en Austria, "no en una forma de buscar soluciones y formas positivas de intercambio, sino dominando el miedo" y con políticas muy represivas, ha lamentado la austríaca.
Ésta ha relacionado el discurso político basado en tópicos con la dificultad de que personas refugiadas tengan dificultades para alquilar una vivienda.
La responsable de la Oficina de Migración del Ayuntamiento de Milán, Maura Gambarana, ha apuntado que desde 2015 la opinión pública ha empezado a cuestionar el dinero invertido en la acogida y se ha empezado a crear cierto miedo en la población, lo que dificulta aún más el proceso.
ACUERDO CON TURQUÍA
La italiana ha relatado que mientras antes Milán era un sitio más de paso, actualmente hay más personas que quieren vivir en la ciudad, y ha dicho que es necesario más compromiso para dar oportunidades de "una mejor condición en las escuelas y el trabajo", en lo que ha coincidido el teniente de alcalde de Atenas Leftiris Papagiannakis, que ha apostado por aplicar un enfoque más holístico en la acogida.
Ha lamentado que en Grecia existe un gran grupo de personas que tienen que esperar a saber si serán acogidas en el país que ir a Turquía, por el acuerdo que mantiene la UE con este país y que ha criticado: "Considera que Turquía es un país seguro para ellos, yo lo dudo".
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