El espectador de una televisión o el lector de prensa podría quedarse con la idea de que en el Comité Federal del PSOE que ha aprobado la abstención ha habido un debate sano y democrático. Pero la realidad es algo distinta. Las cinco horas de reunión se han caracterizado por una estrategia medida al milímetro por el sector que ha vencido, el de Susana Díaz.
La historia se repite y con protagonistas muy parecidos. Es una especie de nuevo PSOE, pero con técnicas antiguas.
Todo comenzó el viernes, cuando la presidenta andaluza llegaba a Madrid. Faltaban casi 48 horas para el cónclave en Ferraz, pero Díaz y los suyos querían tener todo amarrado.
En las horas previas al decisivo Comité Federal, Susana Díaz se vio con algunos barones regionales que defendían la abstención, según fuentes socialistas. Fueron reuniones discretas (hablan de más de una) con el objetivo de que la reunión en Ferraz no se les volviera en contra. Es decir, querían amarrar el resultado de la votación.
En esas horas se acordó que habría que elegir a un miembro de la Mesa del Comité Federal afín a la causa. El señalado fue José Blanco, que llevaba meses defendiendo la abstención para que el PSOE pudiera rearmarse en la oposición. Se habló con el que fuera todopoderoso secretario de Organización y aceptó. Muchos se acordaron del papel del que también fue ministro con Zapatero en anteriores Congresos Federales.
Ya con mayoría en la Mesa, había entonces que redactar una resolución para que se votara en el Comité Federal. Se eligió también a una veterana en esta lides, Elena Valenciano, para que fuera ella quien leyera el escrito ante el plenario mientras se difundía el texto a la prensa.
Paralelamente, los defensores del no difundieron un texto y encargaron al alavés Txarli Prieto que lo defendiera. Ni siquiera se llegó a votar esta propuesta.
Una vez consensuado el texto había que garantizar el resultado de la votación. Nada podía estropearse. Y fueron los barones proabstención quienes uno a uno fueron confirmando que sus delegados votarían esa propuesta. Se contaron los votos y se vio que se iba a ganar. La jugada ya estaba diseñada y solo había que ponerla en práctica.
En el Comité Federal suelen establecerse debates. No se puede limitar la libertad a expresarse de sus miembros. Pero el debate ya no importaba. La decisión de abstenerse ya estaba tomada y se contaba con mayoría para aprobarla.
Y para agilizar el debate se contó con la colaboración de José Blanco como presidente de la Mesa. Fue una discusión exprés, ya que el presidente de la Mesa acortó los tiempos de las intervenciones a no más de 5 minutos. Había prisa por acabar.
A las 14:30 comenzó la votación y el resultado fue el esperado: 139 votos a favor y 96 en contra. Susana Díaz y su equipo tomaban Ferraz. Lo que no se vio por televisión es que nada más acabar la votación la presidenta andaluza cogió un ascensor camino de la planta noble. Allí estuvo durante varios minutos con los miembros de la gestora:Primeras imágenes de Susana Díaz tras la decisión de abstenerse pic.twitter.com/H3SQ8cLZnU— Fernando H. Valls (@FernandoHValls) October 23, 2016
¿Y ahora, qué? Muchos ya miran a los sanchistas. Dicen que van a intentar volver. Fuentes cercanas al exsecretario general aseguran que su intención es ahora intentar que la gestora convoque el Congreso federal lo antes posible. ¿Dará un paso al frente Sánchez? Nadie sabe nada, pero con este intrigante tuit deja claro que no lo descarta:Pronto llegará el momento en que la militancia recupere y reconstruya su PSOE. Un PSOE autónomo, alejado del PP, donde la base decida.Fuerza— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) October 23, 2016
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios