"Capitanes de abril" vuelven a conmemorar la Revolución de los Claveles

Portugal celebra este lunes el 42º aniversario de la Revolución de los Claveles en que destaca el regreso a los actos de los "capitanes de abril", que habían boicoteado las ceremonias oficiales en los cuatro años anteriores en protesta contra la política de austeridad del exgobierno de derecha.

"Actualmente tenemos un gobierno apoyado por una alianza de fuerzas políticas que se identifican con los ideales de la Revolución", comentó en su página en la red social Facebook la Asociación del 25 de Abril, integrada por los veteranos que participaron en el golpe de Estado militar de 1974 que derrocó a la dictadura impuesta en el país desde varias décadas atrás.

"Su gesto patriótico permitió instaurar la democracia", declaró en una sesión solemne del Parlamento el presidente portugués Marcelo Rebelo de Sousa, un conservador moderado, homenajeando a los "capitanes de abril" presentes en el hemiciclo.

Pero, a pesar de los logros de la Revolución, "el empleo sigue siendo insuficiente, y las desigualdades sociales y la pobreza han aumentado", deploró, antes de llamar a un "consenso" entre los partidos políticos que permita garantizar "la estabilidad".

Los tanques del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), que entraron a Lisboa en la mañana del 25 de abril de 1974, pusieron fin a 48 años de dictadura dirigida primero por Antonio de Oliveira Salazar (hasta 1968), y luego por Marcelo Caetano hasta la caída del régimen.

"Las razones que nos condujeron a boicotear las ceremonias ya no existen. Tengo la esperanza de que el presidente y el gobierno continúen en el camino de los valores del 25 de abril" para "crear una sociedad más justa", explicó el portavoz de los capitanes, el coronel (R) Vasco Lourenço, de 73 años de edad.

Llegado al poder tras las elecciones de octubre pasado gracias a una alianza, inédita desde la llegada de la democracia, con partidos de izquierda radical, el gobierno socialista de Antonio Costa cambió la política de austeridad practicada desde 2011 por su predecesor, el conservador Pedro Passos Coelho.

Al borde del cese de pagos, Portugal, dirigido entonces por el exprimer ministro socialista José Socrates, había solicitado en abril de 2011 la ayuda de la Unión Europea (UE), y se vio obligado a poner en marcha un severo plan de austeridad en el país a cambio de un préstamo internacional de 78.000 millones de euros.

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