Ferviente alegato de Obama por la integración europea

Europa debe permanecer "fuerte y unida" para enfrentar una crisis sin precedentes desatada por el avance de los populismos y de quienes propugnan abandonar el proyecto común de integración, advirtió este lunes el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

"Estados Unidos y el mundo entero tienen necesidad de una Europa fuerte, próspera, democrática y unida" dijo el presidente en un discurso en la feria industrial de Hanóver (norte de Alemania) en el que destacó además que el Viejo Continente enfrenta un momento "decisivo".

A fines de la semana pasada, en ocasión de su visita a Gran Bretaña, Obama había advertido sobre el impacto negativo que a su juicio tendría una salida del Reino Unido de la Unión Europea, y pidió a los jóvenes que desoyeran los llamados al aislacionismo.

Ahora en Alemania, la mayor economía y el país más poblado de la UE, Obama redobló su alegato en favor del proceso integracionista advirtiendo: "Quizás ustedes tengan necesidad de que alguien que viene de afuera, como yo, les recuerde todos los progresos que han cristalizado".

Desde el inicio del proceso de integración europea, poco después de la Segunda Guerra Mundial, nunca esa construcción había estado tan en la picota como ahora, con el reforzamiento de fuerzas políticas aislacionistas e incluso la inédita convocatoria para junio de un referendo acerca de una eventual salida del Reino Unido de la UE.

Esta tendencia quedó demostrada también por el resultado de la primera vuelta de las presidenciales austríacas el domingo, en las que el candidato de extrema derecha fue el más votado con un tercio de sufragios, mientras los partidos tradicionales de izquierda y derecha moderadas quedaron eliminados.

Obama insistió en las guerras y conflictos surgidos de las rivalidades nacionales que ensangrentaron el continente en épocas recientes.

"Hace menos de un siglo, en dos ocasiones en un período de treinta años, las fuerzas de los imperios, de la intolerancia y de los nacionalismos extremos redujeron a ruinas este continente", enfatizó.

"Si una Europa unida, pacífica, democrática y orientada hacia la economía de mercado comienza a dudar de si misma y a poner en tela de juicio los progresos de las últimas décadas (... eso) refuerza a quienes dicen 'esto así no funciona' y da nuevo impulso a los comunitarismos".

Al respecto, y frente a una Europa en la que crece la discriminación hacia inmigrantes, sus descendientes y a quienes profesan otras religiones, el presidente insistió que "nuestros países tienen más éxito y están más seguros cuando integran a gente de todas partes y todas las creencias (...) y esto vale también para los musulmanes".

El alegato estadounidense por el proyecto europeo fue reiterado en la minicumbre entre Obama, los jefes de gobierno de Alemania, Angela Merkel, Gran Bretaña, David Cameron, e Italia, Mateo Renzi, y el presidente francés, Francois Hollande.

Barack Obama aprovechó ese encuentro --que marcó el fin de su visita a Alemania-- para insistir ante los europeos en que deben aumentar sus gastos militares para fortalecer la OTAN.

Obama sostiene que los países europeos no pueden limitarse a quedarse quietos confiando en Estados Unidos. Los países miembros de la OTAN "deben asumir sus responsabilidades" algo que "no siempre ocurre" en la actualidad.

El presidente recordó que la OTAN debe apoyar a Polonia, Rumanía y los estados bálticos frente a lo que esos estados califican como riesgo de agresión rusa, pero también a los estados del sur de la alianza, en especial Turquía frente a las amenazas islamistas desde Siria e Irak.

La canciller Merkel señaló que "aunque estemos obteniendo éxitos, el gran desafío del combate contra el (grupo) Estado Islámico sigue vigente" y todos deploraron las "violaciones dramáticas" a la tregua entre rebeldes y el régimen.

La visita de Obama en Alemania tuvo como objetivo central tratar de desbloquear las negociaciones del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea.

Las negociaciones deberían reanudarse este lunes en Nueva York luego de meses de estancamiento y de acusaciones cruzadas sobre maniobras de proteccionismo.

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