El extremista Jobbik causa una tormenta política con una propuesta antisemita

  • La propuesta del partido extremista húngaro Jobbik de hacer una lista de parlamentarios judíos ha causado una tormenta de crítica en Hungría, donde el antisemitismo y la xenofobia crecen al ritmo de la crisis económica.

Marcelo Nagy

Budapest, 1 dic.- La propuesta del partido extremista húngaro Jobbik de hacer una lista de parlamentarios judíos ha causado una tormenta de crítica en Hungría, donde el antisemitismo y la xenofobia crecen al ritmo de la crisis económica.

La idea de una "lista de judíos" fue lanzada el lunes pasado en el Parlamento por el vicejefe del grupo parlamentario de Jobbik, Márton Gyöngyösi, alegando razones de seguridad nacional.

"Creo que ha llegado el momento para saber cuántas personas de origen judío están aquí, en el Parlamento y Gobierno húngaro, que representan un cierto riesgo de seguridad nacional para el país", dijo Gyöngyösi durante un debate sobre la situación en la franja de Gaza.

Las reacciones llegaron un día después y trajeron una inusual unanimidad entre el gobernante partido nacionalista conservador Fidesz y la fragmentada oposición del centro izquierda.

Todos los partidos, incluyendo el Fidesz, que en el pasado ha sido visiblemente pasivo ante los exabruptos antisemitas y xenófobos de Jobbik, condenaron como "inaceptable" la propuesta.

En el Parlamento varios diputados acudieron esta semana a la Cámara con una estrella de David amarilla en señal de protesta.

Pese a ello, la comunidad judía de Hungría, con 100.000 miembros una de las más grandes de Europa, sigue preocupada por el creciente antisemitismo en el país, impulsado sobre todo por Jobbik.

"Lo que sucede es que la sociedad y la elite política están tolerando cada vez más estos sentimientos antisemitas", aseguró en declaraciones a Efe Dániel Bodnár, miembro de la directiva de la Congregación Judía Unificada de Hungría (EMIH).

Desde que el Jobbik entró por primera vez en el Parlamento en 2010 con sus lemas antisemitas, antigitanos, xenófobos y nacionalistas, la vida política del país ha cambiado.

El Jobbik no sólo persigue el supuesto "crimen gitano" sino que abiertamente pone en duda el Holocausto, que en Hungría le costó la vida a más de 400.000 judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

Las provocaciones de la tercera fuerza en el Parlamento, "sirven para fortalecer el apoyo entre sus simpatizantes" pero también para ocultar los síntomas de crisis interna y la marcha de varios diputados, aseguró a Efe el analista político Péter Krekó.

"El Jobbik es popular sólo si causa indignación", advirtió el analista, en referencia a un partido que irrumpió en la escena política húngara de la mano de la llamada "Guardia Húngara".

Los miembros de este grupo paramilitar, ilegalizado en 2009 y reorganizado desde entonces en diferentes organizaciones, desfilan con sus uniformes negros por barrios gitanos, en marchas que la Justicia considera causan el terror entre judíos y gitanos.

El anterior gobierno socialdemócrata observó apático los desfiles de la Guardia, cuando ésta vivió sus mejores tiempos, con juramentos públicos de 500 de personas vestidas de uniforme en Budapest.

Pero el actual gabinete de Viktor Orbán aspira a atraer a parte de estos votantes con su silencio, también ante el creciente culto a Miklós Horthy, el almirante que rigió Hungría durante la Segunda Guerra Mundial y colaboró con el nazismo y asesinato de los judíos.

Con este caldo de cultivo, los radicales se sienten más impunes y actúan abiertamente, en un intento de atraer a más votantes.

Así fue en junio de este año cuando un hombre insultó en plena calle de Budapest al antiguo rabino general de Hungría, József Schweitzer, de 90 años, con gritos como "odio a todos los judíos".

En octubre, dos jóvenes atacaron a András Kerényi, presidente de la comunidad judía de un barrio periférico de la capital húngara, con gritos como "¡mugrientos judíos, vais a morir!".

El mismo mes un millar de simpatizantes del Jobbik participó en una marcha nocturna, con antorchas, en los barrios gitanos de la ciudad de Miskolc, en protesta contra del llamado "crimen gitano".

Los analistas políticos coinciden en que la crisis política y económica que sufre el país desde hace años ha fomentado el discurso xenófobo y racista del Jobbik, que actualmente cuenta con un 10 por ciento de intención de voto en las encuestas, bastante menos que el 17 por ciento que logró en las elecciones de 2010.

Es un discurso que parece calar por un lado entre los jóvenes de clase media, con estudios universitarios e ingresos medios, pero sobre todo en las regiones empobrecidos del este de Hungría.

Eso sí, la polémica idea de Gyöngyösi ha empujado a los enfrentados partidos políticos a unirse a una manifestación convocada para mañana en Budapest en contra del antisemitismo.

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