Las elecciones legislativas, el gran reto de Macron y Le Pen

  • El candidato centrista no tiene representación en la Asamblea mientras que la dirigente del Frente Nacional tiene solo dos diputados Un sondeo pronostica que el líder de ¡En Marcha! podría lograr su ansiada mayoría parlamentaria
EUROPA PRESS

El candidato centrista no tiene representación en la Asamblea mientras que la dirigente del Frente Nacional tiene solo dos diputados

Un sondeo pronostica que el líder de ¡En Marcha! podría lograr su ansiada mayoría parlamentaria

Las elecciones presidenciales de este 2017 en Francia serán a tres vueltas. ¿El motivo? Los dos candidatos que se disputarán la Presidencia este domingo, el centrista Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen, necesitan lograr una mayoría parlamentaria en las legislativas de junio para sacar adelante su programa, ya que ahora no tienen representación en la Asamblea.

El resultado histórico de la primera vuelta celebrada el 23 de abril, que dejó por primera vez desde la instauración de la V República en 1958 a las dos grandes familias políticas fuera de la pugna por el Elíseo --socialistas y conservadores--, hace aún más vital para quien sea el ganador el domingo obtener un buen resultado en las legislativas del 11 y 18 de junio.

Macron, al que todos los sondeos dan como favorito con en torno al 60 por ciento de los votos, está convencido de que los franceses le otorgarán una mayoría en la Asamblea Nacional si le eligen como su presidente, el más joven que ha tenido hasta la fecha Francia, a sus 39 años.

Un sondeo publicado este jueves por OpinionWay cree que el líder de ¡En Marcha! tiene motivos para ser optimista. Según la proyección realizada por el centro demoscópico, que analiza 535 de las 577 circunscripciones del país, su formación obtendría entre 249 y 286 diputados en la Asamblea, seguido por Los Republicanos y Unión Demócrata Independiente, con entre 200 y 210 escaños.

Pese al varapalo sufrido en la primera vuelta, donde su candidato François Fillon quedó tercero con el 20 por ciento de los votos, en Los Republicanos aún creen que tienen opciones de ganar las legislativas y de forzar a Macron a la cohabitación.

En Francia, el presidente tiene potestad para designar al primer ministro, algo que hace sin ningún problema cuando su partido es la principal fuerza en la Asamblea Nacional. ¿Pero si esto no ocurre? Entonces, el presidente se vería obligado a nombrar a una personalidad del partido que tenga la mayoría en la Asamblea.

COHABITACIÓN

Esta cohabitación de un presidente de una familia política y un primer ministro de otra, ya ha ocurrido en el pasado. La primera vez fue en 1986 con Jacques Chirac como primer ministro y el socialista François Mitterrand como presidente; la segunda en 1993, con Mitterrand aún como presidente y Édouard Balladur como primer ministro, y por último en 1997 cuando Chirac, ya presidente, tuvo como primer ministro a Lionel Jospin.

Así pues, una victoria del centro-derecha, cuya campaña parlamentaria estará liderada por el senador François Baroin, obligaría a Macron a designar a un primer ministro de dicho partido --previsiblemente el propio Baroin-- y a consensuar y negociar con esta mayoría sus proyectos y medidas. Además, Baroin ha adelantado que no está dispuesto a formar una alianza con Macron.

Por otra parte, el líder de ¡En Marcha! parece tener más fácil el respaldo de los socialistas por su pasado como ministro de François Hollande. Además, algunos dirigentes del partido, entre ellos el primer ministro Manuel Valls, le han apoyado abiertamente, no solo para la segunda vuelta, sino también para la primera.

A ellos, y a los dirigentes de Los Republicanos que han expresado sus simpatías hacia su proyecto --entre los que está el ex primer ministro Dominique de Villepin--, Macron les ha dejado claro que deberán dejar sus partidos para unirse al suyo.

En todo caso, a tenor de la proyección que hace Opinion Way, no parece que los socialistas vayan a estar en medida de ofrecer un gran apoyo parlamentario a Macron. El Partido Socialista obtendría entre 28 y 43 escaños, muy lejos de los 295 con que cuentan los socialistas y sus aliados en la Asamblea actual y su peor resultado desde 1993.

Ante esta debacle, cuyo primer capítulo fue el quinto puesto de su candidato Benoît Hamon en las presidenciales, han sido muchos los dirigentes socialistas que han hablado de la necesidad de pasar página y refundar el partido. El primer secretario del PS, Jean-Christophe Cambadélis, ha admitido que el partido actual "está muerto y bien muerto".

OPCIONES PARA LE PEN

Para Marine Le Pen ganar las legislativas se antoja aún más urgente si es presidenta. Teniendo en cuenta el sistema electoral francés a dos vueltas, su partido se ha visto tradicionalmente perjudicado en la pugna por los escaños, ya que en general si su candidato consigue pasar a la segunda ronda, los grandes partidos hacen frente común --el llamado 'frente republicano-- y apoyan a su rival.

Actualmente, el Frente Nacional solo goza de dos representantes en la Asamblea Nacional, una de ellas Marion Maréchal-Le Pen, sobrina de la candidata presidencial y nieta del fundador del partido, Jean-Marie Le Pen. Su mejor resultado en número de escaños hasta la fecha fue en 1986, cuando obtuvo 35 diputados, entre ellos Le Pen, pero se debió a que en aquella ocasión las elecciones fueron a una única vuelta.

La sorpresa electoral de 2002, cuando Jean-Marie Le Pen consiguió colarse en la segunda vuelta contra Jacques Chirac con el 16,8 por ciento de los votos y perdió en segunda por el 82,2 por ciento del presidente saliente, no tuvo correlación con un buen resultado en las legislativas, ya que el partido quedó sin representación.

En 2007, el partido corrió la misma suerte, pese a que Marine Le Pen consiguió pasar a la segunda vuelta en la circunscripción por la que competía. Ahora, Opinion Way pronostica que el Frente Nacional se haría con entre 15 y 25 diputados, un buen resultado teniendo en cuenta su representación actual, pero inútil si Le Pen fuera presidenta.

En este sentido, la dirigente del Frente Nacional ya tiene un plan: si gana y se encuentra con una Asamblea hostil, convocará un referéndum para reformar la ley electoral y luego disolverá el Parlamento para la celebración de elecciones.

"Si la nueva Asamblea nos es hostil, cambiaremos la ley electoral mediante un referéndum organizado incluso el próximo verano, luego la presidenta disolverá la Asamblea", explicó a 'Le Canard Enchaîné' el eurodiputado Gilles Lebreton, que forma parte del consejo estratégico de campaña de Le Pen.

El Frente Nacional defiende en su programa una ley electoral "proporcional integral" que contempla una prima del 30 por ciento de los escaños para la fuerza que sea la más votada, algo que a día de hoy, podría permitir al partido ultraderechista obtener una mayoría parlamentaria, ya que en 2015 fue la fuerza más votada en las elecciones europeas.

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