Los franceses se levantan con resaca tras amarga derrota en la Eurocopa

Francia se despertó con sentimientos encontrados este lunes, por un lado la amargura de la derrota frente a Portugal en la final de la Eurocopa-2016 y por otro lado el orgullo por el avance del equipo y la satisfacción de haber organizado una competición en un contexto difícil.

Tras un año sombrío marcado por los atentados de noviembre de 2015 y los conflictos sociales y las huelgas, el país disfrutó de un remanso durante el campeonato, con las expectativas que al final no se concretaron, de coronarse en casa.

Tras la derrota no hubo una noche de fiesta en los Campos Elíseos y probablemente tampoco haya un repunte del crecimiento, como sí lo hubo cuando Francia ganó el mundial de 1998. Sin victoria, el presidente François Hollande, tampoco podrá recibir un empuje en las encuestas, donde marca mínimos.

En los diarios el homenaje al equipo nacional "Les Bleus" estuvo en todas las portadas.

"¡Gracias señores!", fue la conclusión del editorial del diario Le Parisien.

"Francia tiene que secarse las lágrimas porque de todas formas tiene motivos para sentirse orgullosa", dijo el diario de derecha Le Figaro. "Esta competencia fue un éxito popular" y será recordada como "un paréntesis de dicha", dijo el periódico.

Incluso antes del partido, Hollande expresó su satisfacción con el equipo.

"Esto ya es una victoria para Francia porque hubo una organización muy buena", explicó el jefe de Estado desde las tribunas del Stade de France a la cadena de televisión M6, minutos antes de la final Francia-Portugal.

"Hubo ciudades que albergaron la prueba con un gran ambiente y una perfecta organización", apuntó Hollande, citando en particular el tema de la seguridad.

El desafío no era poco. El país, sacudido en 2015 por atentados sin precedentes, enfrentaba la tensión de tener que asegurar la seguridad durante 51 partidos, cuidando a 24 delegaciones y a cerca de 1,5 millones de aficionados extranjeros.

El 13 de junio, tres días después del inicio del torneo, un policía y su compañera fueron asesinados en las afueras del París por un hombre que reivindicó el ataque en nombre del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que prometió que haría de la Euro-2016 un "cementerio".

La posibilidad de "un atentado terrorista fue nuestro mayor temor. Felizmente no se produjo nada grave y es un gran alivio", dijo por su parte Jacques Lambert, presidente de Euro 2016 SAS, empresa organizadora del torneo.

"Si hubiera sucedido algo así, la Eurocopa se habría suspendido inmediatamente", agregó.

Hollande, por su parte, dedicó la final a Manuel Dias, un francoportugués muerto en los atentados del 13 de noviembre de 2015 por la explosión de un kamikaze cerca del Stade de France.

Pese a los disturbios de los aficionados rusos en Marsella al comienzo de la competición y algunos incidentes el domingo en París, el dispositivo de seguridad fue un éxito.

Con esta prueba superada, Francia, que sueña con albergar los Juegos Olímpicos 2024 en París, probó que puede organizar un evento masivo pese al contexto actual.

Al llegar a la final, el equipo fue más lejos de lo que se esperaba y logró reconciliar a su país con la selección, olvidando los rencores por el fiasco del Mundial-2010 en Sudáfrica y la famosa huelga de entrenamiento en Knysna.

Además el país logró encontrar a un nuevo niño bonito, después de Michel Platini, ídolo de la Euro-1984 y Zinédine Zidane en el mundial del 1998 y la Euro-2000, Antoine Griezmann se coronó mejor delantero del torneo con 6 goles, con sólo 25 años.

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