Portugal aprueba un presupuesto que busca aliviar la austeridad

  • Los diputados de la coalición de izquierda en el poder en Portugal aprobaron este martes en primera lectura un presupuesto que promete moderar la austeridad cumpliendo las metas del déficit, sin terminar de convencer a la Comisión Europea ni a los mercados.

"Es el comienzo del fin de la austeridad", afirmó el ministro de Finanzas, Mario Centeno, y agregó que el presupuesto "respeta los compromisos internacionales de Portugal y los acuerdos políticos" del gobierno socialista con los partidos de ultraizquierda.

"Este presupuesto demuestra que es posible vivir mejor en Portugal", después de cuatro años de duros ajustes impuestos a cabo de un plan de rescate internacional, aseguró el primer ministro socialista, Antonio Costa.

Su predecesor Pedro Passos Coelho, líder de PSD (oposición de centro-derecha), cree en cambio que se trata de "un presupuesto irrealista y populista, que perjudica a los portugueses".

La formación de Passos Coelho fue la más votada en las elecciones legislativas de octubre, pero fue desplazada del poder por una coalición inédita entre socialistas y partidos de ultraizquierda.

Costa logró en febrero que la Comisión Europea le diera el visto bueno a su proyecto de presupuesto de 2016, aunque con reservas, lo cual le permitió mantener el delicado equilibrio entre sus compromisos con Bruselas y con sus aliados políticos.

Portugal, durante varios años alumno modelo de la zona euro, le plantó cara a la Comisión. Y aunque tuvo que revisar su proyecto inicial, bajo la presión del Ejecutivo comunitario, consiguió dar un vuelco a la política impulsada hasta ese momento por los gobiernos de derecha.

Lisboa aceptó en particular reducir su meta de déficit público en 2016 a 2,2% del PIB, cuando la había fijado inicialmente en 2,6%. También tuvo que resignarse a presentar recortes suplementarios, por 1.100 millones de euros.

La Comisión advirtió además que no excluía pedirle otros recortes para que el país se mantenga dentro de los marcos del Pacto de Estabilidad, cuando vuelva a analizar las cuentas portuguesas en mayo.

"La alianza gubernamental es muy frágil. Si los partidos más izquierdistas rechazan un plan B, nos encaminamos a una crisis política", dijo a la AFP el politólogo José Antonio Passos Palmeira.

"Antonio Costa no debería presentar nuevas medidas. Nuestro acuerdo es muy claro: no hay que tocar los ingresos de los portugueses", proclamó Catarina Martins, líder del Bloque de Izquierda, cercano al partido griego Syriza.

"El presupuesto está bien orientado. Aunque no resuelve todos los problemas, como el de la reestructuración de la deuda", sostiene Jerônimo de Sousa, secretario general del Partido Comunista, que votará por primera vez un presupuesto en cuatro décadas de democracia.

El tema de una renegociación de la deuda, que representa 130% del PIB portugués, es una línea roja para los mercados y el PS no la planteó en ningún momento.

El gobierno temió que la financiación de sus proyectos se le complicasen cuando las tasas de la deuda portuguesa en los mercados llegó a 4,5% el 11 de febrero, antes de descender a 3,5%.

"Los inversores desconfían de las cifras del presupuesto, que ya tuvieron que revisarse tres veces. Y prefieren desprenderse de los títulos de deuda portuguesa, esperando tener una mejor visibilidad" sobre la situación del país, dijo Pedro Lino, gerente de la correduría Dif Broker.

Costa, fiel a sus promesas de campaña, suprimió los recortes de los salarios de los ingresos de los funcionarios públicos, redujo un recargo impositivo sobre los sueldos y revaluó al alza las prestaciones sociales.

Pero para acatar la disciplina de Bruselas, tuvo que aumentar gravámenes a los carburantes, los vehículos, el tabaco y las bebidas el alcohólicas.

Costa adujo ante los diputados que, pese a esas concesiones, el poder adquisitivo de los portugueses se incrementará en unos 700 millones de euros.

Ese es un cálculo poco creíble para muchos analistas.

"El presupuesto intenta un equilibrio imposible, será un fracaso, No conseguirá poner fin a la austeridad ni cumplir con los objetivos del déficit", sostiene el profesor de economía Joao Cesar das Neves.

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