El "síndrome ruso" contagia la campaña electoral francesa

El "síndrome ruso" contagia la campaña electoral francesa
El "síndrome ruso" contagia la campaña electoral francesa

La sombra de Moscú planea ahora sobre las elecciones francesas, meses después de las presidenciales estadounidenses, con acusaciones de injerencia del Kremlin y la voluntad declarada de algunos candidatos de "retomar" una relación estrecha con Rusia.

"Sin duda hay un síndrome ruso que encontraremos cada vez más en nuestra política extranjera y también interna", aseguraba hace poco un exdiplomático francés, Pierre Vimont, investigador en la fundación Carnegie Europe.

Las autoridades francesas y algunos candidatos llevan semanas preocupados por una posible injerencia de Rusia en la campaña, unas sospechas que Moscú ha rechazado categóricamente.

A mediados de febrero, el entorno de Emmanuel Macron, el centrista al que los sondeos dan como favorito en las elecciones de abril y mayo, denunció la "propaganda" de los medios pro-Kremlin para desestabilizar al candidato y se preguntó quién estaba detrás de los numerosos ataques informáticos contra la página web de su campaña. El presidente François Hollande exigió enseguida un informe sobre las amenazas de ciberataques contra las elecciones.

El jefe de la poderosa comisión de inteligencia del Senado estadounidense, encargada de investigar la injerencia rusa en las elecciones de Estados Unidos, echó más leña al fuego esta semana al afirmar que Moscú estaba "activamente implicada" en la campaña electoral francesa.

Los dos candidatos más partidarios de un acercamiento con Moscú, el conservador François Fillon y la ultraderechista Marine Le Pen, tacharon esas acusaciones de "fantasía" en el caso del primero y de "teoría del complot" en palabras de la segunda.

El último en alertar sobre la posible influencia rusa en los comicios fue el ministro de Relaciones Exteriores Jean-Marc Ayrault.

El canciller recordó la visita de Marine Le Pen el 24 de marzo a Moscú, donde fue recibida por el presidente ruso Vladimir Putin, y aseguró que "Rusia no es quien debe elegir al futuro (...) presidente de la República francesa".Le Pen, Fillon y ... la izquierda radical quieren acercarse a Moscú

Al igual que en Estados Unidos, las relaciones con Moscú son el principal tema de política extranjera en la campaña francesa, y tres de los cinco principales candidatos franceses han convertido un acercamiento con Moscú en una de sus futuras prioridades diplomáticas, como lo hizo Donald Trump antes de ser elegido presidente.

Fillon justifica un mayor vínculo con Moscú por una cuestión de "realismo" y la necesidad de luchar contra el "totalitarismo islámico", y Le Pen alega que es necesario debido a la "larga" relación histórica entre ambos países y para combatir el terrorismo.

A la izquierda, el radical Jean-Luc Mélenchon aboga un acercamiento en nombre de la seguridad y del antiimperialismo estadounidense.

"El general de Gaulle se entendió con Stalin, también lo hizo con Mao. Cuando llegue el momento, encontraré una forma de entenderme con el señor Putin, es necesario impedir que la guerra tenga lugar en el continente", declaró el viernes.

Macron y el candidato socialista Benoît Hamon siguen la política iniciada por Hollande al aprobar las sanciones contra Moscú en la crisis ucraniana y rechazar que el presidente sirio Bashar al Asad, aliado de Rusia, pueda conservar el poder en Siria.

Respecto a Ucrania, Le Pen apoya abiertamente la anexión de Crimea por Rusia en 2014, tras un referéndum considerado como ilegal por la comunidad internacional, mientras que Fillon y Mélenchon se han mostrado más ambiguos sobre ese tema.

El primero opina que la anexión de Crimea debe resolverse en el marco de la ONU, pero recuerda "la cuestión del derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos", y el segundo reclama "una conferencia de seguridad desde el Atlántico al Ural para negociar las fronteras".

Le Pen y Fillon también defiende un levantamiento de las sanciones contra Rusia por la crisis ucraniana, que la UE reconduce cada seis meses a pesar de las divergencias entre varios países.

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