Así han aplaudido y abucheado al discurso de investidura de Pedro Sánchez

    • El candidato socialista fue aplaudido por su bancada en 49 ocasiones, especialmente en las alusiones al cambio, a los méritos socialistas y a que se puede llevar a cabo "a partir de la semana que viene".
    • Se han escuchando hasta 16 momentos de desaprobación o discrepancias, pero en general no se ha producido ninguna bronca.
Sánchez no menciona la supresión de las diputaciones tras la polémica en las filas del PSOE
Sánchez no menciona la supresión de las diputaciones tras la polémica en las filas del PSOE

El discurso de investidura de Pedro Sánchez arranca una semana de vértigo hasta saber si, finalmente, el grupo socialista logrará conseguir un acuerdo de gobierno que haga presidente al candidato de Ferraz.

La alocución del presidenciable, de una hora y 36 minutos de duración, ha repasado todos los campos en los que actuaría su futuro gobierno. Algunos han sido recibidos con aplausos por los diputados socialistas, pero otras partes del discurso han levantado conatos de abucheo entre los parlamentarios de la Cámara baja.El cambio contra Rajoy

La intervención de Sánchez comenzó promoviendo el cambio y en contra de la política de Rajoy. Generó algunos momentos de bronca cuando recordó que "mayoría no implica legitimidad", aunque fue aplaudido al recordar que "no hay que olvidar a los 7 millones que votaron al PP".

Fueron bien acogidas las propuestas socialistas para animar a "ponernos en marcha", y a que "el PSOE no tiene líneas rojas, solo convicciones", mientras el resto de la Cámara discrepaba sobre si el partido de Sánchez "no aspira a imponer nada ni a exigir nada".Sánchez recordó que "ya no funciona el discurso del insulto, la descalificación y el miedo"", surgiendo voces discrepantes en la bancada popular mientras los suyos le aplaudían. Admitió que su pacto con Ciudadanos no es suficiente, pero tampoco es posible "un pacto de izquierdas, lo siento pero no es posible", recordó el presidenciable.

"Nada mejor que gobernar desde la unidad y el entendimiento", recordaba Sánchez, que fue fuertemente aplaudido al recordar que los datos del 20-D obligaban a mezclarse, lo que consideró como "beneficioso", y que era posible ya que, volvió a repetir, "no tenemos líneas rojas, solamente firmes convicciones". Criticó también el "escapismo" de Rajoy, lo que provocó que los populares elevaran el tono, y finalmente aplaudió "el coraje y valentía de mis diputados", ante lo cual Pablo Iglesias e Íñigo Errejón aplaudieron con sorna.

"Hasta la peor de las medidas alcanzadas con Ciudadanos es mejor que mantener a Rajoy en la Moncloa", aseveró el candidato, y los diputados de Ferraz lo festejaron. A continuación, Sánchez comenzó el grueso de su discurso, basándolo en cinco pilares: Empleo, desigualdad, regeneración democrática, el papel de España en el mundo y la crisis de convivencia en Cataluña."Podemos hacerlo la semana que viene"

Este fue el leitmotiv del secretario socialista y la máxima que eligió para terminar los argumentos con los que apuntalaba sus cinco grandes objetivos de gobierno, logrando el esperado aplauso final de los suyos.

Sánchez fue elogiado por los suyos al referirse a las numerosas medidas medioambientales que prometió llevar a cabo ante la Cámara baja: ley de costas, cambio climático, pacto de Estado para la energía... mientras que se inició el barullo cuando mencionó que "5 millones de parados y un 3% de crecimiento demuestran que esto no funciona"y que"Un déficit del 5% y una deuda pública del 100% es la prueba del fracaso".

El secretario socialista defendió también una flexibilización de los ajustes que vienen desde Bruselas, la conversión de los derechos sociales en fundamentales y una reforma fiscal contra el fraude, y fue muy aplaudido cuando se refirió a la conversión de los contratos temporales en nuevos contratos fijos.

El discurso se centró entonces en mejorar las condiciones laborales de los españoles, mientras se mostraba a Fernández Toxo y Cándido Méndez escribiendo en sus smartphones. Sus medidas contra la pobreza energética y la ley hipotecaria, repitió Sánchez, "las podemos poner en marcha la semana que viene".Igualdad y regeneración

La bancada socialista aplaudió a Sánchez cuando relató sus medidas para lograr una mayor igualdad, en derechos y salarios, entre hombres y mujeres, aunque no reaccionó igual cuando sorprendió al pedir la igualdad también para los ciudadanos transgénero. Su propuesta de paralizar la Lomce, por otro lado, generó el apoyo de los suyos.

Para acabar con el "nivel insoportable y cotidiano de la corrupción" prometió una "revolución"en la manera de nombrar los cargos públicos, como el fiscal general del Estado, el gobernador del Banco de España o el director de Radio Televisión Española, lo que fue aclamado por los suyos. También fue bien recibida la propuesta de convertir el Senado "en una verdadera cámara territorial", pero sin embargo no ha hablado en ningún momento de la supresión de las Diputaciones, pactado con C's.

Prometió también el socialista un nuevo marco, "más laico", de relaciones con la Iglesia, y provocó el entusiasmo al prometer "más fondos"para la Ley de Memoria Histórica. También se referiría al protagonismo español en Europa y en el mundo, prometiendo "cambiar radicalmente"la política sobre refugiados que ha seguido Rajoy.

Asimismo, recordó que ha faltado "diálogo con Cataluña", pues "ningún presidente se ha reunido a hablar en serio con la Generalitat desde junio e 2011", algo que los diputados comentaron entre sí.La respuesta está entre el sí y el no

Sánchez terminó su intervención asegurando que su gobierno sería "humilde pero ambicioso, realista y con convicciones", y fue fuertemente aplaudido cuando aseveró que "aceptaba ser candidato por la irresponsabilidad de Rajoy" y que su fracaso hubiera sido, precisamente, "rechazarlo del Jefe del Estado".

Terminó dando las gracias a su partido y recordando que "sabremos donde está cada uno"dependiendo de los que voten en su investidura.

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