Corea del Norte en el centro de la reunión de Obama y Xi Jinping

El presidente de Estados Unidos Barack Obama aprovechará su última reunión con su homólogo chino Xi Jinping el sábado para insistir en un aumento del ritmo y la severidad de las sanciones contra Corea del Norte.

En un contexto en el que Pyongyang lanza prueba tras prueba para desarrollar ojivas y misiles nucleares capaces de alcanzar Estados Unidos, Obama desea desactivar esa presión antes de dejar la Casa Blanca en enero.

Para mayor tensión, es posible que Corea del Norte perciba como una oportunidad única el proceso de transición en Estados Unidos para la instalación del gobierno de Donald Trump, poniendo a prueba a un inexperto e impulsivo nuevo comandante en jefe.

En una entrevista con AFP, la Consejera de Seguridad Nacional Susan Rice aseguró hace tres días que Estados Unidos trabajará con sus aliados y con Naciones Unidas para "incrementar al máximo la presión sobre Corea del Norte".

"Vemos el desarrollo progresivo de sus capacidades como una importante amenaza a nuestros intereses y los de nuestros aliados", dijo.

Otro funcionario estadounidense señaló que el tema será prioritario en la reunión que Obama y Xi tendrán al margen de la cumbre Asia Pacífico, este fin de semana en Lima.

La evaluación que realiza la inteligencia estadounidense sobre el programa nuclear de Corea del Norte es información clasificada.

Sin embargo, militares consideran que es "prudente" pensar que Corea del Norte se encuentra ya en capacidad de enviar ojivas nucleares a Estados Unidos con misiles balísticos intercontinentales.

Corea del Norte ha realizado dos pruebas nucleares este año y otra serie de ensayos de misiles.

Según diplomáticos, Naciones Unidas prepara sanciones contra Corea del Norte que podrían impedir sus exportaciones de carbón a China, una fuente vital de ingresos para ese país.

En anteriores rondas de sanciones, Pyongyang aprovechó fisuras legales para incrementar sus exportaciones de carbón hasta en 60%, con lo que ha podido obtener un preciado ingreso de más de 100 millones de dólares mensuales.

Se calcula que los herméticos dirigentes de Corea del Norte han gastado miles de millones de dólares en programas armamentistas mientras que al menos 18 millones de norcoreanos, de una población total de 25 millones, sufren escasez de alimentos, según el gobierno japonés.

Washington aboga por "nuevas y fuertes sanciones que socaven la capacidad del régimen de Corea del Norte de financiar sus programas misilísticos y nucleares", dijo un alto funcionario estadounidense.

"El objetivo no es presionar por presionar. Intentamos empujar a Corea del Norte para que tome las decisiones correctas", señaló.

Pese a que Corea del Norte ha estado sometida a sanciones durante décadas, en los últimos dos años la presión ha aumentado de manera considerable.

Pekín ha sido reticente a las sanciones contra su aliado norcoreano, pues teme una oleada de refugiados en caso de que colapse la economía del país.

Pero a principios de este año, China sancionó a un conglomerado que funcionaba en la ciudad fronteriza de Dandong y que entre 2011 y 2015 produjo un intercambio comercial por unos 530 millones de dólares con Corea del Norte.

Paralelamente a las sanciones de la ONU, funcionarios estadounidenses intentan aplicar otras medidas unilaterales y multilaterales, incluyendo sanciones a instituciones financieras, algunas de ellas chinas, que tienen intercambios con Pyongyang.

"La intención es dar todos los pasos necesarios para socavar la capacidad de financiamiento del programa nuclear de Corea del Norte y estamos abiertos a cualquier medida que lo consiga", dijo el alto funcionario estadounidense.

"Ante la urgencia que plantea el desafío y ante el hecho de que Corea del Norte sigue cometiendo estos actos ilegales y provocadores, nuestra responsabilidad común es seguir aumentando la presión", refirió a la AFP.

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