Entre llamadas a participar y una fuerte seguridad Irán reflexiona su voto

  • Entre llamamientos a participar en las alecciones presidenciales y locales de mañana, 14 de junio, y fuertes medidas de seguridad, los iraníes reflexionan hoy sobre a quién votar o, incluso, si votar en estos comicios, que solo parecen haber causado entusiasmo en la dirección del régimen.

Chema Ortiz

Teherán, 13 jun.- Entre llamamientos a participar en las alecciones presidenciales y locales de mañana, 14 de junio, y fuertes medidas de seguridad, los iraníes reflexionan hoy sobre a quién votar o, incluso, si votar en estos comicios, que solo parecen haber causado entusiasmo en la dirección del régimen.

Hoy, en la página web de la agencia oficial de noticias iraní, Irna, compartían cabecera dos llamamientos a la participación muy significativos: El del líder supremo, ayatolá Ali Jamenei, y el del jefe del las Fuerzas de Tierra del Cuerpo de Guardianes de la Revolución, el general Mohamad Pakpur.

Pakpur, uno de los comandantes de este cuerpo militar especial de defensa del régimen teocrático de la República Islámica, pidió hoy, en un acto castrense, un voto masivo para "frustrar los complots y conspiraciones enemigas contra la nación iraní", con lo que recurrió al miedo al enemigo exterior para reclamar participación.

Por su parte, Jamenei, que tiene un poder omnímodo en el sistema, pidió ayer una gran participación pues, "cada voto para cada candidato cuenta para legitimar la República Islámica de Irán".

Los llamamientos del líder, secundado por los clérigos musulmanes chiíes que forman la columna vertebral ideológica del régimen religioso y de los militares que los sostienen, atienden al temor de que la violencia que siguió a las anteriores presidenciales pueda alejar de las urnas a gran parte del electorado.

Tanto el líder como mandos de los Guardianes de la Revolución y también el jefe de la Policía, general Esmail Ahmadi Moghadam, han advertido que no permitirá dudas sobre los resultados oficiales ni protestas como las de los reformistas del Movimiento Verde después de las de 2009, que fueron sangrientamente reprimidas.

Pero en otro campo, el de los reformistas, debilitados en estos comicios y temerosos de la deserción de su electorado, que se consideró defraudado en 2009, el ex presidente moderado Ali Akbar Rafsanyani también se dirigía ayer a sus correligionarios para pedir que no boicoteen los comicios.

"Vayan y voten. La gente no ha de perder su esperanza y no debe dar la espalda a las urnas", dijo Rafasanyani anoche a un grupo de políticos y periodistas, según recoge hoy el diario en lengua persa "Etemad" de Teherán.

Mientras tanto, la prensa también se refiere hoy al cierre de campaña de los candidatos considerados con más posibilidades, para marcar las diferencias entre ellos, en especial entre el reformista moderado Hasan Rohani y tres de los cuatro ultraconservadores islámicos: Said Jalili, Ali Akbar Velayati y Mohamad Bagher Qalibaf.

Rohani repitió que su Gobierno será de "expertos", "moderado" y defensor de los derechos civiles y de la mujer, mientras en el polo opuesto, el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Jalili, quiere convertir Irán en "un modelo de los países islámicos".

También ultraconservador principalista pero menos radical en sus exposiciones, Ali Akbar Velayati, consejero de Jamenei, propugnó una "prudente resistencia" ante las presiones occidentales sobre el programa nuclear de Irán, y Qalibaf, hablando de gestión y economía, dijo que "administraremos el país con espíritu yihadista".

En todo caso, hoy son varias las televisiones y agencias que predicen una segunda vuelta en las presidenciales, que deberá celebrarse el 21 de junio y a la que, según unos, iría Rohani con uno de los tres ultraconservadores o, quizá, pasen dos de los ultraconservadores entre los que la pugna está muy abierta.

La única previsión en la que coinciden todos los informes es que mañana en todo Irán habrá sol y calor y, en la capital, los ciudadanos acudirán o no a las urnas con una temperatura de 36 grados, en Bandar Abbas, en la costa del Pérsico, con 38, y en Rasht, en la costa del Caspio con solo 31 grados.

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