Los grandes bancos extranjeros siguen siendo reticentes a trabajar en Irán

Nueve meses después de la entrada en vigor del acuerdo nuclear con las grandes potencias y el levantamiento de gran parte de las sanciones internacionales, los grandes bancos extranjeros siguen dudando en venir a Irán, por miedo a las sanciones de Estados Unidos.

"De momento, pequeños bancos europeos han aceptado trabajar con nosotros" declaró a la AFP Parviz Aghili, presidente del banco privado Khavarmianeh (Middle East Bank), que cita a bancos italianos, austríacos, suizos y belgas pero sin dar nombres.

"Pero ningún banco extranjero mediano o grande ha aceptado hacerlo" precisa.

Los pequeños bancos "han establecido relaciones de trabajo con los bancos iraníes para la apertura de créditos por importes bastante reducidos de 10, 20 o 50 millones de dólares" declara por su lado un experto bancario.

"Pero no tienen recursos para financiar grandes proyectos como el contrato para la compra de 118 aviones Airbus y de un centenar de Boeing, o los proyectos de desarrollo petrolero o gasífero" agrega.

El presidente iraní Hasan Rohani considera que para modernizar el tejido industrial y reactivar la economía de su país se necesitan entre 30.000 y 50.000 millones de dólares anuales en inversiones extranjeras.

Pero sin las grandes instituciones bancarias internacionales, es imposible alcanzar este objetivo.

"El principal obstáculo para las relaciones bancarias es el Tesoro estadounidense, que presiona a todos los países, impide las relaciones bancarias y el levantamiento de sanciones" declaró recientemente Alaeddin Borujerdi, presidente de la Comisión de Asuntos Extranjeros iraní.

La Oficina para el Control de Haberes Extranjeros (OFAC), que depende del Tesoro de Estados Unidos, sigue sin dar su autorización para la venta de Airbus y de Boeing a Irán.

"Los bancos deben tomar en consideración a las sociedades y las personas implicadas en cualquier transacción debido a las sanciones aún en vigor de Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Europea", declara a la AFP Henry Smith, analista de Irán en el gabinete Control Risks.

Los responsables iraníes denuncian regularmente la actitud de los norteamericanos que han levantado las sanciones "en teoría" pero no en los hechos.

Washington mantiene importantes sanciones contra Irán debido a su programa balístico, a su presunto apoyo al "terrorismo" y a sus violaciones de los derechos humanos.

Cerca de 180 individuos y sociedades siguen en la "lista negra" estadounidense, entre ellos los Guardianes de la Revolución, los ministerios de Defensa, Cultura y de Inteligencia, las industrias de defensa, las compañías aéreas Mahan Air y Caspian Air o los bancos Saderat, Ansar o Mehr.

Los estadounidenses "alimentan una especie de iranofobia para que, de hecho, nadie haga comercio con Irán", declaraba recientemente Amir Hosein Zamaninia, el viceministro de Petróleo encargado de asuntos internacionales.

"La reticencia de los bancos extranjeros en hacer negocios en Irán ha reforzado claramente a los grupos que en Irán eran críticos con el acuerdo nuclear" explica Smith.

Los conservadores siguen criticando el acuerdo nuclear y las "concesiones" hechas por el gobierno del presidente Rohani, sin garantías como contrapartida de un levantamiento real de las sanciones.

"Hay dos problemas -resume Aghili, del banco privado Khavarmianeh- ante todo hay que modernizar el sistema bancario para adaptarnos a las nuevas normas internacionales que han evolucionado mucho".

Los bancos iraníes, que no tuvieron vínculos con los bancos internacionales durante cerca de 15 años, deben aplicar las nuevas reglas adoptadas por la comunidad internacional para luchar contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo, según Aghili.

"Luego viene la iranofobia. Irán siempre se presenta como la oveja negra y eso no se corresponde con la realidad. Para que vengan los grandes bancos es necesario resolver estos dos problemas" añade. "Se puede hacer en uno o dos años", asegura.

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