Gracia reivindica el Estatuto andaluz como "salida al debate territorial tensionado desde Cataluña"

  • El que fuera portavoz socialista en el Parlamento andaluz en el momento de la aprobación del vigente Estatuto de Autonomía y actual presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla, Manuel Gracia, cree que el texto que ahora cumple su primera década no es sólo "el mejor instrumento para que la ciudadanía andaluza progrese y avance", sino que también puede ser "un elemento de referencia en la salida al debate territorial tensionado especialmente desde Cataluña".
Gracia reivindica el Estatuto andaluz como "salida al debate territorial tensionado desde Cataluña"
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EUROPA PRESS
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Así lo defiende Manuel Gracia en un artículo con motivo del especial elaborado por Europa Press (http://www.europapress.es/andalucia/aniversario-estatuto/) por el décimo aniversario del referéndum en el que los andaluces ratificaron con su voto mayoritario el vigente Estatuto de Autonomía tras un proceso de reforma que se prolongó durante más de seis años.

Gracia recuerda que el inicio del procedimiento de reforma del Estatuto "tuvo lugar en momentos que ya anunciaban la necesidad de abordar de forma integradora y global el problema de la organización territorial de España, sobre todo por la puesta en escena del Plan Ibarretxe y la permanente dinámica de tensión institucional de Cataluña", por lo que el PSOE-A lo abordó "con la convicción de que Andalucía podía jugar un papel central, defendiendo una profundización del marco autonómico, plenamente respetuosa a la vez con el texto constitucional, y potenciando instrumentos de cooperación y colaboración interinstitucional típicos de los estados de corte federal".

"¿QUÉ HUBIERA OCURRIDO SI EL ESTATUTO ANDALUZ LLEGA ANTES QUE EL CATALÁN?"

"Nadie sabe qué hubiera ocurrido si nuestro Estatuto se hubiera aprobado en las Cortes antes que el de Cataluña, como pretendíamos desde Andalucía, para marcar un camino integrador y modernizador, pero no pudo ser", añade el dirigente socialista, que subraya, no obstante, que el principal objetivo de la reforma era "culminar el ciclo del Estatuto de Carmona, el de 1981, para que el nuevo texto fuera la palanca de apoyo del proceso de segunda modernización de Andalucía que se nos antojaba plenamente necesario".

En su opinión, "si el primer Estatuto hizo posible el mayor y más prolongado periodo de modernización económica y social de nuestra historia, la reforma debía servir para hacer frente a las nuevas realidades de la Andalucía del siglo XXI: los nuevos derechos sociales y de ciudadanía, los retos de la construcción europea, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la competitividad de nuestra economía en un mundo globalizado, la plena igualdad de género o la mejora de la calidad de nuestra democracia".

No obstante, Gracia admite que "luego vino la crisis" y ello provocó que "algunas de aquellas ambiciones estén inéditas" mientras que otras "se han visto frenadas por las políticas de recortes y recentralización del Gobierno central" y otras "han encontrado respuesta en la acción del gobierno de la Junta y en la de su Parlamento".

En cualquier caso, defiende que "nadie debería olvidar que el nuevo Estatuto sigue vivo y vigente, que es no solo el mejor instrumento para que la ciudadanía andaluza, desde el poder político conquistado el 28 de febrero, progrese y avance hacia una sociedad mejor, sino que también puede ser un elemento de referencia en la salida al debate territorial tensionado hoy especialmente desde Cataluña". "Han pasado diez años, pero lo mejor está por venir", concluye Manuel Gracia.

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