"Hay una gran sensación de desesperanza en los campos porque las personas se sienten olvidadas", ha asegurado el enviado especial de ACNUR a Somalia, Mohamed Abdi Affey, quien ha añadido que los donantes han centrado su atención en otras crisis humanitarias, como Siria o Sudán del Sur.
La crisis de los refugiados somalíes, que vive ahora su tercera década, es una de las más extendidas del mundo. Cerca de un millón de personas han sido desplazas a regiones cercanas a Somalia y más de 1,1 millones están desplazadas en el propio país.
La agencia de Naciones Unidas ha alertado de que los refugiados que viven en los campos se enfrentan a la reducción de las raciones de alimentos, a la sequía y al acceso limitado a la educación, especialmente los jóvenes.
Affey ha pedido a la comunidad internacional que aumente sus esfuerzos para devolver la estabilidad al país, que ha vivido durante más de dos décadas bajo un conflicto armado.
Para conseguir apoyo internacional a los refugiados somalíes, ACNUR ha apoyado una cumbre regional dirigida por la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD) de África Oriental que se celebrará en marzo de 2017 para llegar a una solución sobre el asunto.
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