MSF denuncia la doble victimización de los migrantes centroamericanos que cruzan México

  • Nueve de cada diez migrantes atendidos por la ONG sufrió un episodio violento en su país o durante su paso por México
EUROPA PRESS

Cientos de miles de centroamericanos llegan cada año a México en su camino hacia Estados Unidos y nueve de cada diez de ellos han sido víctimas de un episodio violento en sus países de origen o durante su recorrido por suelo mexicano, según un informa publicado este jueves por Médicos Sin Fronteras (MSF).

Según las estimaciones del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), cada año llegan a México unas 500.000 personas, la inmensa mayoría de ellas procedentes de El Salvador, Guatemala y Honduras, el conocido como Triángulo Norte. Buena parte de estas personas, huyen de la violencia que asuela sus países y que, según MSF, "no es diferente del grado de violencia que se vive en zonas en conflicto".

Sin embargo, cuando llegan a México "los migrantes y refugiados son víctimas de organizaciones criminales, en ocasiones con la aprobación tácita o la complicidad de las autoridades nacionales, y quedan sometidos a la violencia y a todo tipo de abusos --secuestro, robo, extorsión, tortura, violación-- que, aparte de las lesiones y traumas inmediatos, pueden dejarles graves secuelas", ha denunciado la ONG.

En su informe, 'Forzados a Huir del Triángulo Norte de Centroamérica: una crisis humanitaria olvidada', MSF ha recopilado datos médicos, información procedente de encuestas a pacientes y testimonios recogidos por sus equipos durante los dos años que lleva ofreciendo atención médica directa en esta zona.

De las 467 personas entrevistadas por MSF, un 39,2 por ciento mencionó los ataques directos o amenazas (a ellos o a sus familias), así como episodios de extorsión y reclutamiento forzado por bandas criminales como las principales razones para abandonar su país. El 43,5 por ciento había perdido a algún familiar en un acto violento en los dos años anteriores a decidir abandonar el país.

Además, un 68,3 por ciento aseguró haber sufrido violencia durante el tránsito hacia Estados Unidos, y casi un tercio de las mujeres encuestadas habían sido víctimas de abusos sexuales durante el viaje, según los datos recogidos en el informe.

En total, nueve de cada diez migrantes y refugiados atendidos por los equipos de salud mental de MSF en 2015 y 2016 sufrieron un episodio de violencia en sus países o durante la ruta migratoria a través de México hacia Estados Unidos.

VIOLENCIA SIMILAR A ZONAS DE CONFLICTO

"La implacable violencia y el sufrimiento emocional padecido por estas personas es similar a lo que experimentan las poblaciones que se encuentran en zonas de conflicto donde hemos estado trabajando durante décadas", ha destacado el coordinador general de MSF en México, Bertrand Rossier.

"Asesinatos, secuestros, amenazas, reclutamiento por actores armados no estatales, extorsiones, violencia sexual y desaparición forzada son realidades propias de una guerra, pero también son situaciones que estas personas procedentes de región de Centroamérica están sufriendo", ha denunciado.

El informe de MSF muestra también que el acceso a atención sanitaria, al tratamiento de la violencia sexual y a servicios de salud mental durante el camino es limitado e incluso inexistente durante la ruta. Entre enero de 2013 y diciembre de 2016, los equipos de MSF realizaron un total de 33.593 consultas con migrantes y refugiados procedentes del Triángulo Norte. Una de cada cuatro de estas consultas tuvo que ver con lesiones físicas y traumatismos intencionados sufridos en la ruta por México.

A pesar de tener que padecer algunas de las peores formas de violencia que hay en el mundo hoy, los migrantes y refugiados de la región del Triángulo Norte siguen siendo tratados, en su mayoría, como migrantes económicos por países de refugio como México o Estados Unidos, ha denunciado MSF.

Las personas obligadas a huir de esta región no tienen apenas acceso al estatuto de asilo en estos países a pesar de sus necesidades y de la existencia de un marco legal para ello. "Ciertamente hay personas que salen de estos países en busca de oportunidades económicas, pero la fotografía que emerge de nuestro informe es aterradora: personas vulnerables luchando por su vida y la de sus familias", ha subrayado Bertrand Roissier.

"Los intentos de detener la migración reforzando las fronteras nacionales e incrementando las detenciones y las deportaciones --como hemos visto en México y en Estados Unidos--, ignoran una crisis humanitaria real y no frenan el contrabando y el tráfico", ha sostenido, advirtiendo de que "estas estrategias tienen unas consecuencias terribles en la vida y la salud de las personas en tránsito".

LLAMAMIENTO

En este sentido, MSF ha hecho un llamamiento a los gobiernos de la región --en especial los de El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Canadá y Estados Unidos-- para que garanticen alternativas a las detenciones y se adhieran a los principios de no expulsión.

En opinión de la ONG, estos países deberían incrementar sus cuotas formales de reasentamiento y reunificación familiar, de modo que las personas procedentes del Triángulo Norte que requieran protección internacional --incluido el asilo, visado humanitario y protección temporal-- puedan dejar de poner en riesgo su salud y su vida.

Según Rossier, "los aprietos por los que pasan las personas en tránsito desde el Triángulo Norte ponen de relieve el fracaso de los gobiernos a la hora de proveer asistencia y protección a migrantes y a refugiados".

"Jugar con el miedo de la opinión pública y tratar a estas personas tan solo como un asunto económico o de seguridad es ser corto de miras", ha prevenido. "Estamos ante una crisis humanitaria ante la que resulta ineludible la puesta en marcha de una acción, coordinada y urgente, que garantice que las personas en tránsito quedan a salvo de la violencia y la persecución y son recibidas con protección internacional en lugar de con más violencia. Y que, sobre todo, sean tratadas con dignidad y humanidad", ha reclamado.

Asimismo, MSF ha sostenido que "deben cesar también de inmediato las deportaciones sistemáticas de los ciudadanos procedentes de esta región" y se debe "ampliar el acceso de migrantes y refugiados a servicios médicos, psicológicos y de atención a víctimas de la violencia sexual".

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