El desempleo y las deudas ahogan a las familias sirias en Jordania, según las cifras de Care International

  • El 82 por ciento de los refugiados sirios en Jordania vive por debajo del umbral de la pobreza, según el informe 'Siete años de exilio' de la ONG Care International. Los altos índices de desempleo provocan inestabilidad y riesgos psicológicos en una población fuertemente endeudada donde las mujeres adquieren un papel predominante como cuidadoras y, en un tercio de los casos, principal fuente de ingresos, según el estudio.
EUROPA PRESS

"A pesar de que el número de refugiados sirios en Jordania permanece constante, la tendencia se dirige hacia una mayor dependencia de la ayuda", declara el director adjunto de CARE Internacional en Jordania, Eman Ismail. Un 40 por ciento de los refugiados identificaron la ayuda de las ONG como su principal fuente de ingresos, un aumento respecto al 33 por ciento en 2016.

El 78 por ciento de las personas encuestadas se encuentran en situación de desempleo y solo el 20 por ciento tiene permiso de trabajo. Una cifra que, pese a los esfuerzos de la comunidad internacional y las autoridades jordanas, es complicada de reducir por obstáculos reales como el alto índice de parados del país y la necesidad de que los contratos sean de un año de duración.

En este escenario las mujeres adquieren un nuevo rol, pues casi un tercio de los hogares cuenta con ellas como principal fuente de ingresos. "Esto genera tensión dentro de las familias y expectativas adicionales sobre las mujeres, que ya cuidan de los niños y la casa", añade Ismail. Las mujeres trabajadoras están sometidas a una mayor desprotección porque la mayoría de los trabajos que desempeñan son en negro y sin contrato. Las mujeres ancianas se ven obligadas en muchas ocasiones a buscar un empleo para poder mantenerse por sí mismas.

Los gastos de alquiler y manutención de una familia superan en un 25 por ciento los ingresos medios. Una situación que se traduce en que el 89 por ciento de las familias están fuertemente endeudadas. La inestabilidad económica aumenta el riesgo de desalojos y familias que se quedan en la calle al no poder afrontar el pago de los alquileres.

El porcentaje de familias que recurre al trabajo o el matrimonio infantil se ha reducido en el último año. No aumenta el número de niños que no acuden a la escuela, que permanece en un tercio.

La presión psicológica y el estrés ha aumentado en las personas refugiadas y los propios jordanos, que se ven obligados a competir por puestos de trabajo, alojamientos y servicios de salud. Los enfrentamientos entre ambas comunidades siguen siendo bajos.

"Pasan los años y esta situación no puede sostenerse. Debemos proponer soluciones pensando en el largo plazo", dice Ismail en el informe. "Mientras no termine la guerra seguirá habiendo miles de personas necesitadas", sentencia.

Mostrar comentarios