Uno de los paneles de trabajo se centró en el análisis del papel de las regiones y los entes locales en la gestión de las migraciones. En este marco, Asturias presentó su plan de acogida, que incluye 50 actuaciones en tres áreas concretas: educativa, sociosanitaria y laboral, con las que el Principado trata de garantizar una atención especializada al colectivo de personas desplazadas.
El proyecto autonómico, consensuado con las asociaciones especializadas en este ámbito, destaca por "su visión integradora, que aúna todos los recursos disponibles intentando adaptarlos a las necesidades específicas de cada persona o unidad familiar desde el momento de su llegada a la comunidad". De este modo, se ponen a disposición de los refugiados viviendas de titularidad pública y se les facilita el acceso a los sistemas educativo, sanitario y de servicios sociales. También se les ofrece formación para acceder al empleo y recursos económicos básicos, además de personal cualificado de apoyo en el proceso de acogimiento.
Durante la conferencia, la directora general de Participación destacó la necesidad de profundizar en mecanismos que fortalezcan la solidaridad y cooperación entre regiones y también entre las diferentes administraciones y los agentes especializados, tal y como se ha hecho en Asturias para poner en marcha el protocolo de acogida urgente a personas refugiadas a causa de la crisis humanitaria provocada por la guerra de Siria y otros conflictos internacionales.
Esta colaboración se materializó también en los dos convenios suscritos el pasado 17 de junio con Cruz Roja Española y la organización Accem para el desarrollo del programa.
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