Salvados: "En España hay lugares donde hay más asesores que concejales"

    • Salvados ha analizado en 'Dedocracia' el mundo de los altos cargos políticos y sus asesores
    • ¿Cuántos hay en España? ¿Y en otros países o ciudades? ¿Cómo se les escoge?
    • Jordi Évole ha respondido a cuestiones como estas en torno a la convulsa figura del asesor
'Salvados' se adentra en el mundo de los asesores y cargos de confianza
'Salvados' se adentra en el mundo de los asesores y cargos de confianza
lainformacion.com

En esta ocasión, el equipo de Salvados con Jordi Évole a la cabeza, ha puesto la Ley de Transparencia del gobierno de Mariano Rajoy en su punto de mira para tratar de vislumbrar los resquicios administrativos gracias a los cuales la administración española gasta en torno a 850 millones de euros. Ese es el dato que aportó Gonzalo Suárez, periodista del diario El Mundo, que cifra entre los 15.000 y los 17.000 los asesores que hay en nuestro país.

Este periodista que ha desarrollado una investigación en torno al tema asegura que la figura del asesor se basa "más en una cuestión de confianza que de asesoramiento". En sus contratos, tal y como afirmaba Suárez, aparecían que ocupaban el puesto de personal eventual, de tal forma que cuando se marchase el cargo que le nombró "a dedo" a él o ella también habría de abandonar su puesto de trabajo. Quizá sea por eso que no duda a la hora de considerar que el papel del asesor ha evolucionado hasta convertirse en un "cajón de sastre".

Algunos de los datos más interesantes a los que hizo mención Gonzalo Suárez durante su charla con Jordi Évole son estos: alrededor de 853 son los asesores que tiene el Gobierno, mientras que las Comunidades Autónomas disponen de un total de 2000 asesores. En lo que a administraciones locales se refiere, Suárez ha contabilizado 263 asesores en el Ayuntamiento de Barcelona, por lo que el consistorio de la Ciutat Condal se sitúa a la cabeza de los ayuntamientos españoles. Por su parte, según apuntaba el periodista de El Mundo, el ayuntamiento de París tiene su límite en 40 asesores. Y todo ello, pese a que la capital francesa es mayor que Madrid o Barcelona. "Hay más asesores que concejales, en España, e incluso algunos de ellos no tienen el graduado escolar", llegaba a asegurar Gonzalo Suárez.

En Castilla-La Mancha la situación adquiere un matiz diferente. La presidenta de la Comunidad, María Dolores de Cospedal, quiere retirar el sueldo a los diputados autonómicos pero no a los asesores. Jordi Évole analizó la cuestión con José Luis Martínez Guijarro, portavoz del PSOE en las Cortes de Castilla-La Mancha, que para poder hacernos una ligera idea de hasta dónde podían llegar estos cargos hizo alusión a la figura de "asesores conductores". Al parecer, lejos de aprovechar a aquellos funcionarios destinados a conducir los vehículos oficiales, el Gobierno manchego prefiere dejar a estos en una mesa sin hacer nada, para que ocupen su lugar asesores designados por los dirigentes. "Los asesores son empleados públicos elegidos a dedo", aseguraba Martínez Guijarro.

Un ejemplo de ello era José Ángel, asesor de comunicación del grupo socialista, que atestiguó que si el partido para el que trabajan los asesores ocupa el poder "se cobra casi el doble". No obstante, afirmaba que no sentía "estar estafando a nadie", pues a su juicio él había llegado al puesto que ocupaba por méritos propios.

De meritocracia precisamente habló Ignacio Bao, un cazatalentos que trazó las líneas que separaban a la empresa pública de la privada en este sentido. Y es que, si en la empresa privada no se puede atender a cuestiones de confianza sino a cuestiones de capacidad y preparación, en la administración pública tan solo parece funcionar la confianza. Algo que se encargó de atestiguar César Augusto Asencio, vicepresidente de la Diputación de Alicante, cuyo equipo de gobierno considera un logro el hecho de establecer en cuatro el máximo de viajes que un diputado puede realizar en taxi al día.

Según Asencio, no es lo mismo que una persona que, por su propio esfuerzo, ha conseguido ganarse un puesto que aquella otra que ha alcanzado un puesto de trabajo por la amistad y confianza que le unía a otra persona. Quizá por eso, aseguraba sin ningún tipo de duda que "los nombramientos van a seguir siendo a dedo", ya que, de lo contrario "serían asistentes".

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