Brasil aprueba un polémico proyecto para congelar el gasto público por 20 años

  • En esta era de austeridad el presupuesto solo podrá aumentar para compensar la inflación del año anterior.

    El plan para congelar el gasto es una de las grandes apuestas del gobierno para neutralizar el gigantesco déficit fiscal

Brasil vota un polémico proyecto para congelar el gasto público por 20 años
Brasil vota un polémico proyecto para congelar el gasto público por 20 años

El Congreso de Brasil ha aprobado este martes una reforma para congelar el gasto público por 20 años, una polémica medida impulsada por el gobierno de Michel Temer para revertir la crisis económica que sacude al gigante sudamericano.

En medio de protestas anunciadas por sindicatos y estudiantes, el Senado realizó la última votación de esta enmienda constitucional del "techo de gastos", que pretende abrir una era de austeridad en el Estado, en la que el presupuesto solo podrá aumentar para compensar la inflación del año anterior.

Tras recorrer un arduo proceso por comisiones en el Congreso, la propuesta fue aprobada en dos votaciones por la Cámara de Diputados y superó a fines de noviembre la primera prueba en el Senado, donde obtuvo el respaldo de 61 de los 81 legisladores.

Tras prosperar nuevamente este martes -como esperaban el gobierno y los mercados-, será promulgada por el Congreso esta misma semana, adelantó el presidente del Senado, Renan Calheiros, un férreo aliado de Temer que ha acelerado la agenda legislativa a favor del plan de ajuste.Gigantesco defícit

El proyecto para congelar el gasto es una de las grandes apuestas del gobierno para neutralizar el gigantesco déficit fiscal del mayor país de Sudamérica, previsto en unos 163.000 millones de reales en 2016 (unos 48.000 millones de dólares).

Sindicatos, grupos de izquierda y estudiantes han denunciado, sin embargo, que afectará a las ya maltrechas áreas de salud y educación perjudicando principalmente a los más pobres.

Además, alegan que el conservador Temer, que accedió a la presidencia tras el impeachment de su exaliada Dilma Rousseff (PT, izquierda), no tiene la legitimidad de las urnas para llevar adelante tal reforma.

La última protesta convocada en Brasilia contra los recortes acabó en violentos enfrentamientos entre policías y manifestantes, que convirtieron la capital en un escenario de guerra, con automóviles incendiados, así como señales de tránsito y fachadas de edificios públicos destruidas.

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