INVESTIDURA. UNA TRIBUNA CON MUCHOS 'BLANCOS'… Y ALGO DE VERDE ESPERANZA

La tribuna de invitados del Congreso de los Diputados lucía este martes de gala, pero con muchos 'blancos' en un primer discurso de investidura que todos los asistentes a esta nueva jornada 'histórica' en la Cámara Baja sabían que no era la definitiva.
La familia del candidato a la investidura, Pedro Sánchez, fue la primera en acceder a la tribuna central. Pasadas las 16.00 horas, su mujer, Begoña Gómez, vestida de verde esperanza, hacía de anfitriona de los padres del líder socialista. ‘Cedió’ su rojo habitual a su madre.
Gómez les señalaba los disparos del 23-F como momento decisivo en la historia de España, confiada en que su marido también pueda formar parte de esa historia y no por ser, como ha repetido una y otra vez el PP en las últimas horas, por ser el único candidato a la investidura que no representa al partido que ha ganado las elecciones y, sobre todo, por ser el primero en no ser investido presidente.
Para al menos intentarlo, controlando desde el principio que todo saliera bien, en primera fila pero sin focos, los tres ‘fontaneros’ de Sánchez y pieza clave en el equipo negociador que le ha llevado a cerrar el acuerdo con Ciudadanos: Jordi Sevilla, José Enrique Serrano y Rodolfo Ares.
En otra de las primeras filas observaban los otros tres ‘mosqueteros’ de la jornada, los tres únicos presidentes autonómicos socialistas que hoy se desplazaron hasta el Congreso para apoyar a Sánchez: el valenciano Ximo Puig, el castellano-manchego Emiliano García-Page y el extremeño Guillermo Fernández Vara.
Sólo una fila más arriba escuchaban atentos el discurso de Sánchez los líderes de UGT y CCOO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, que se estrenó en el Congreso, y que compartieron bancada con históricas socialistas como Rosa Conde y Carmen Alborch.
A escasos metros, se estrenaban, sin embargo, el fundador de Podemos Juan Carlos Monedero y, en otra de las tribunas, lo hacía la vicesecretaria general de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, que hoy compartió conversación con Josep Antoni Duran i Lleida, que por primera vez en muchas legislaturas seguía un debate desde arriba y no desde el escaño.
APLAUSOS Y ABUCHEOS
Sánchez fue aplaudido por diputados y senadores del PSOE en decenas de ocasiones, en algunas ‘motu proprio’ y en otras para tapar los abucheos de la bancada de Gobierno y del PP en la que, por primera vez, en cuatro años Mariano Rajoy ejercía de ‘líder de la oposición’ y no de presidente del Gobierno.
En su hora larga de discurso de Sánchez, Rajoy tomaba notas puntuales mientras mascaba chicle o comía caramelos con mayor o menor disimulo. A su lado, Soraya Sáenz de Santamaría pocas veces dejaba de apuntar bolígrafo en mano o en el móvil.
En el resto de un hemiciclo repleto de diputados y senadores, al igual que las tribunas de los periodistas –estas sí, sin ningún blanco-, Pablo Iglesias estrenó escaño en la misma fila de Sánchez y Albert Rivera asentía una y otra vez –si y apalusos- las palabras de su ‘socio’ socialista.
Mientras, desde el ‘gallinero’ que abandonó en parte Podemos en esta primera jornada del debate de investidura escuchaba atento el ya diputado del Grupo Mixto Pedro Gómez de la Serna.

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