XII LEGISLATURA. LA CAMISETA DE CAÑAMERO TOMA EL RELEVO DEL BEBÉ DE BESCANSA COMO ICONO DEL ARRANQUE DE LEGISLATURA

El diputado de Unidos Podemos por Jaén Diego Cañamero vistió este martes en la sesión constitutiva del Congreso de los Diputados una camiseta pidiendo “libertad para Andrés Bódalo”, con la que este grupo parlamentario volvió a aportar la imagen más vistosa de la sesión, heredando una parte del protagonismo que tuvo el bebé de Carolina Bescansa en el arranque de la legislatura pasada.
Cañamero quiso homenajear con su indumentaria a quien iba a ocupar su puesto en la lista de Podemos por Jaén, Andrés Bódalo, hasta que éste fue condenado en marzo a tres años de prisión por haber agredido en 2012 al teniente de alcalde de Jódar, el socialista Juan Ibarra, durante una protesta del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), al que pertenecen tanto Bódalo como el diputado de Unidos Podemos.
Si en la sesión constitutiva de la XI legislatura el bebé de Bescansa en el Hemiciclo provocó numerosos gestos de desaprobación en la bancada popular, en esta ocasión la camiseta de Cañamero despertó las risas del portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando, y su compañera María Dolores de Cospedal, cuando el diputado de UP pasó a su lado la primera vez que la Mesa de Edad le llamó a votar.
Posteriormente, en la segunda vuelta para la elección de presidente del Congreso, cuando Cañamero votó fue la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien comentó aparentemente la naturaleza de la camiseta al presidente, Mariano Rajoy, que reaccionó con una mueca de descontento.
El paralelismo entre el bebé de Bescansa y la camiseta de Cañamero tuvo su reflejo en la red social Twitter, en la que mientras se desarrollaban las sucesivas votaciones de la sesión constitutiva, al hashtag #XIILegislatura, que se mantuvo todo el tiempo como primer ‘trending topic’ en España, se añadieron como tendencias el nombre de Cañamero, oscilando entre el quinto y el sexto puestos, y también el de Bescansa, en el décimo.
DEJÀ VU
Esta sensación de ‘dejà vu’, en la que de nuevo un miembro de Podemos se hacía con el protagonismo visual de la sesión, se comentó también en el patio en los momentos previos a la inauguración de la legislatura; en efecto, hace poco más de seis meses se vivieron escenas muy parecidas en la constitución de la Cámara Baja.
Sin embargo, los diputados de este grupo seguían sin tener muy claro que se contara con ellos, pues reservaron sitio en sus escaños con un pulcro papel que rezaba “ocupado”.
Como en toda congregación amplia de gente, en ésta se formaron en seguida grupitos pequeños en función de las afinidades, y se escenificaron los habituales saludos, en los que numerosos diputados, muy especialmente del PP, fueron a visitar y felicitar en su escaño a la que se anunciaba como protagonista de la mañana, la nueva presidenta del Congreso, Ana Pastor.
La ya exvicepresidenta del Congreso Celia Villalobos estuvo hablando en las últimas filas con la exalcaldesa de Cádiz Teófila Fernández; el coordinador de IU, Alberto Garzón, pasó la votación junto a su candidato a la Presidencia, Xavier Doménech, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, conversaba con su portavoz, Antonio Hernando, mientras se desarrollaba la segunda vuelta, y éste último decía que no con la cabeza. Luego Sánchez se fue a las últimas filas a hablar con otros de sus diputados.
RISAS A DISTANCIA
El finalista en la votación a la Presidencia, Patxi López, celebró con unas risas a distancia con el tercer clasificado en primera vuelta, Xavier Doménech, la primera criba, y luego pasó la votación de la segunda con sus compañeras María González Veracruz y Susana Sumelzo.
Menos previsible fue la larga conversación que mantuvieron durante esa segunda vuelta el portavoz del PP, Rafael Hernando, y los tres máximos dirigentes de Podemos, Pablo Iglesias, Iñigo Errejón e Irene Montero. Mientras, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, esperaba solo.
En Ciudadanos, sus dos máximos mandatarios, Albert Rivera y José Manuel Villegas, charlaban durante la votación y luego se les unió el portavoz, Juan Carlos Girauta.
Otro de los incidentes llegó cuando se consumó el nombramiento de Pastor como presidenta. Víctor Taibo, hijo de una exdiputada del PP en la Asamblea de Madrid que sobrevivió al accidente del Alvia en Santiago de Compostela, gritó desde la tribuna: “Ana Pastor, insolidaria con las víctimas del Alvia”.
BRONCA A TARDÁ
Abajo, en el hemiciclo, Iglesias mostraba también su desaprobación al nombramiento, pero abroncando a un culpable concreto: el diputado Joan Tardá, cuyo grupo ERC votó en blanco entre Pastor y el candidato socialista Patxi López.
La impresión de ‘dejà vu’ aterrizó de nuevo en el hemiciclo cuando llegó la hora de los acatamientos de la Constitución, en la que, por cierto, casi se pasó por alto a la diputada del PP Mar Blanco, quien no había hecho su juramento cuando Pastor ya pasaba al siguiente parlamentario.
La repetición se produjo al llegar el turno de los 71 diputados de Unidos Podemos que tuvieron que acatar la Constitución. Como en la anterior legislatura, todos ellos prometieron hacerlo pero a la vez “trabajar para cambiarla”, añadiendo cada uno una frase personal.
La de Iglesias fue, por ejemplo, “Nunca más un país sin su gente”, y la de Errejón, “Por la soberanía del pueblo, la justicia social y una España nueva, per la fraternitat entre els pobles. Porque fueron somos, porque somos serán” .
Cuando le tocó al diputado Manuel Monereo, desde la bancada socialista José Zaragoza le recriminó la supuesta pinza con el PP instándole a incluirlo en su juramento. "Acuérdate de Anguita y de Aznar", le instó, a lo que Monereo le contestó: "Tenéis condenados por terrorismo de Estado".
A partir de ahí, Zaragoza continuó metiéndose con podemos cuando algunos de sus diputados prometían la Constitución.
Cuando le tocó el turno a Bescansa, alguien recuperó una vez más la imagen de la sesión constitutiva anterior, como un fantasma que revoloteara sobre ésta, pues se oyó desde lo alto: “¡Y su niño!”. Pablo Iglesias miró arriba con una visible irritación escrita en la expresión de la cara.