La desigual recuperación, arma de doble uso para demócratas y republicanos

  • Aunque la recuperación económica en marcha en EE.UU. se ha convertido en uno de los puntos básicos de los agenda de los demócratas de cara a las legislativas, su carácter titubeante y desigual genera desconfianza en los ciudadanos, lo que se ha convertido en munición para los republicanos.

Alfonso Fernández

Washington, 29 oct.- Aunque la recuperación económica en marcha en EE.UU. se ha convertido en uno de los puntos básicos de los agenda de los demócratas de cara a las legislativas, su carácter titubeante y desigual genera desconfianza en los ciudadanos, lo que se ha convertido en munición para los republicanos.

El presidente estadounidense, Barack Obama, se embarcó durante el el verano en una gira por el país en la que destacó que, al fin, la economía había salido de la "Gran Recesión", como se conoce el periodo después de la crisis financiera de 2008, el mayor bache de la economía de EE.UU. en 80 años.

"Es incuestionable que nuestra economía es más fuerte hoy que cuando llegué al poder", afirmó a comienzos de octubre en un discurso la Universidad Northwestern, cerca de Chicago.

Desde la Casa Blanca no se han cansado de repetir en los últimos meses los progresos económicos registrados al citar algunos de los indicadores: el Producto Interior Bruto (PIB) ha crecido en torno al 2 % desde 2011 y la tasa de desempleo ha bajado desde el 9 % en septiembre de 2011 hasta el 5,9 % de 2014.

Asimismo, enumeran, el déficit presupuestario se encuentra en mínimos desde hace cinco años, y el boom en la producción energética doméstica ha logrado que los precios de la gasolina en EE.UU. sean actualmente los más bajos desde 2011.

Sin embargo, los demócratas reconocen una cierta frustración al ver que esta mejora no se palpa en la calle.

"También es incuestionable", agregó Obama, "que millones de estadounidenses aún no sienten lo suficiente los beneficios de una economía en crecimiento donde más cuenta, en sus vidas".

Es precisamente en ese punto en el que los republicanos han tratado de concentrarse para sacar ventaja, apelando a su historia como el partido de la creación de empleo y la certidumbre económica.

Así se expresó Paul Ryan, congresista republicano por Wisconsin y ex candidato a la vicepresidencia de EE.UU. en 2012, al subrayar que "la gente está harta de esta economía enferma, de crecimiento bajo" en una entrevista esta semana en la cadena Fox.

Por eso, remarcó, "nuestro objetivo primordial será generar certidumbre a los empresarios, algo de lo que carecemos por la falta de liderazgo del presidente Obama" y disminuir el tamaño del gobierno federal que se ha vuelto "excesivo e ineficiente".

Para tratar de compensar esta aparente pérdida de la iniciativa, los demócratas han recurrido a una de sus parejas políticas más potentes: Bill y Hillary Clinton.

La ex secretaria de Estado y más que posible aspirante a la candidatura presidencial en 2016 realiza este mes de octubre un periplo por algunos de las carreras más disputadas del Senado, donde los demócratas tratarán de mantener el control si no quieren perder las dos cámaras del Congreso.

Clinton apoyará, entre otros, a los candidatos demócratas de Iowa, Nuevo Hampshire, Carolina del Norte, Colorado, Georgia y Kentucky.

Por su parte, su marido y ex presidente ha participado en diversos actos de campaña en Arkansas y Luisiana, dos de los principales estados del sur de EE.UU. en liza.

"Él (Bill Clinton) es un dos en uno: tiene atractivo entre los votantes indecisos y además entusiasma a los demócratas. Es probablemente el único demócrata con los que los estadounidenses del sur ven puntos en común", señaló James Carville, veterano consultor político demócrata, en una entrevista con el portal NOLA de Luisiana.

En los comicios del 4 de noviembre en EE.UU., se renovará toda la Cámara de Representantes, actualmente de mayoría republicana; y un tercio del Senado, controlado actualmente por los demócratas.

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