El votante de 16 años se inclinaría por Podemos y rechazaría al PSOE y al PP

  • Según el CIS, los nuevos electores se muestran abtencionistas, indecisos y respaldan mayoritariamente a Podemos en la mitad de las comunidades.

    El voto joven se caracteriza por ser más crítico con el poder establecido, lo que conlleva que sea un voto más favorecedor de la alternancia política que del continuismo.

El votante de 16 años se inclinaría por Podemos y rechazaría al PSOE y al PP
El votante de 16 años se inclinaría por Podemos y rechazaría al PSOE y al PP
Diego Caldentey

La mayoría del Congreso de los Diputados apoyó que el derecho al voto se extienda a los mayores de 16 años, como ha ocurrido ya en varios países europeos como Austria o Noruega y países como Argentina, Ecuador y Brasil. Sin embargo, la toma en consideración de esta reforma aprobada no tendrá mayor trascendencia legal si las Cortes se disuelven por la falta de acuerdo de los partidos para elegir a un nuevo presidente del Gobierno.

La reforma de la Ley Electoral afectaría a más de 800.000 jóvenes y llegó al Congreso de la mano de Esquerra Republicana (ERC). La propuesta contó con el apoyo del PSOE, Podemos, Democràcia i Llibertat (DL), Compromís y de otros grupos más pequeños. En total, 174 votos a favor y 144 en contra, los de PP, Ciudadanos y PNV.

La reforma tendría un efecto electoral positivo para los partidos emergentes, pero sobre todo para Podemos, y para formaciones muy a la izquierda del arco parlamentario. Sin embargo, el respaldo de los más jóvenes al bipartidismo sería escaso.

Desde luego, el beneficio de la propuesta es claro para Podemos, pero también para los partidos independentistas catalanes -ERC, DiL y la CUP- como se pudo ver en el referéndum ilegal de independencia, en el que se permitió votar a los jóvenes de entre 16 y 18 años, que se mostraron claramente favorables a la independencia.

En el caso de Ciudadanos, la formación no ha apoyado una propuesta que posiblemente le beneficiaría con respecto a PSOE y PP, e incluso, en alguna comunidad, con respecto a Podemos.¿Pero cuál sería el efecto real de la medida?

Sin duda, la medida favorecería claramente a Podemos. La brecha generacional es evidente. Tanto Partido Popular como PSOE tienen su público entre los electores de mayor edad. Por tanto, la decisión de hoy de los socialistas respaldando la propuesta puede interpretarse como un guiño al electorado más joven, consciente de que la medida no tiene recorrido alguno.

Una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) previa a las elecciones autonómicas y locales del pasado mayo evidenciaba que la formación morada sería la más votada por los nuevos electores y el partido más respaldo por los votantes entre 18 y 34 años. 

Mientras, el PP estaría a la cabeza en el grupo de los que tienen 65 y más años y el PSOE en el segmento de 55 a 64 años y de 45 a 54 años.

Mientras, la formación de Albert Rivera tiene el mayor respaldo en la franja entre 34 y 44 años, seguido del grupo de 25 a 34 años.

Las encuestas del CIS previas a las elecciones autonómicas ofrecen pistas de hacia donde iría el voto de los nuevos electores. Fundamentalmente, se constata que es especialmente elevado el número de indecisos entre los nuevos electores en diez de los 13 comunidades y, especialmente, en Cantabria, Comunidad Valenciana, Aragón y Canarias.

También se evidencia una tendencia muy importante ante la abstención, fundamentalmente en la comunidad de Madrid, Murcia, Cantabria y Castilla y León.

Según eldiario.es, el CIS muestra finalmente, que Podemos tendría importante apoyo entre los nuevos votantes, y sería la formación más respaldada por estos electores en seis comunidades: Aragón, Asturias, Castila y León, Comunidad Valenciana, Comunidad de Madrid y Navarra. En Extremadura, Canarias y Baleares, estos optaría por el PSOE y por el PP, en Murcia y La Rioja.

Mientras, Ciudadanos sería el partido con más respaldo entre los nuevos electores en Castilla-La Mancha, y el Partido Regionalista de Cantabria, en esa comunidad.

De fondo, se puede concluir que los nuevos votantes y los más jóvenes optarían por opciones de izquierdas, al sentirse los más afectados por la crisis y por la falta de oportunidades.Perjudicaría claramente a los partidos tradicionalesJosé Luis Sanchís, consultor político, no tiene dudas: "La rebaja de edad a los 16 años para poder votar favorecería en primer lugar a Podemos, y en menor medida a Ciudadanos. En contraposiciòn, esta propuesta perjudicaría claramente a los partidos tradicionales, como PP y PSOE". De todas formas, según Sanchís, "la modificación de la Ley Electoral no puede ser un asunto que se trate de una manera tan simple. Habría que ver también si esos cambios atañen a la Constitución Nacional"."Se requiere de un tratamiento más profundo del debate, de un debate serio porque estamos hablando de una cuestión sumamente importante. España se convertiría en el segundo país de de la UE en adoptar una medida similar, detrás de Austria. Pero que seamos los segundos, no quiere decir que esté bien ni mal. Realmente habría que analizar todo en detalle, y no con una sesión en el Pleno del Congreso. Con eso no es suficiente ni mucho menos", manifestó a Lainformación.

En un estudio, antiguo, recogido por el Injuve y firmado por Félix Moral, del CIS, se evidencia también que el comportamiento electoral de los jóvenes, y más concretamente de los que votan por primera vez en unas elecciones, apunta a un voto más volátil y menos cautivo de afinidades y compromisos partidistas. Se trata de un voto que, al margen de posiciones ideológicas, se caracteriza por ser más crítico con el poder establecido, lo que conlleva que sea un voto más favorecedor de la alternancia política que del continuismo.

También constata que los mayores de 18, que ya disfrutan del derecho al voto, no creen que la rebaja de edad se convierta en un estímulo para la participación política de los más jóvenes. Muy diferente, con un 53%; a la opinión de los menores que se muestran partidarios.

Apunta también que dado el fuerte ritmo de envejecimiento de la población española, la rebaja en la edad del voto de los 18 a los 16 años no tendría un impacto muy relevante en el aspecto cuantitativo, ya que en cualquier caso los nuevos votantes representarían menos del 3% de los electores.

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