San Salvador, 8 ago.- El izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), partido en el poder en El Salvador, señaló hoy que la Iglesia católica genera "desesperanza" y refleja una "visión catastrófica" con su advertencia de que el país puede convertirse en un "Estado fallido".
El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, dijo el miércoles en la misa de cierre de las fiestas patronales salvadoreñas, en la catedral, que "el nivel de autodestrucción" por la violencia "amenaza con el hundimiento nacional" y el país está "a punto de ser lo que se llama un Estado fallido".
El secretario general del FMLN, Medardo González, afirmó hoy en una entrevista con el Canal 12 de la televisión local que "este tipo de declaraciones en lugar de dar confianza, seguridad, esperanza, lo que generan es desesperanza".
"Tengo una opinión muy diferente a la que dio el arzobispo de San Salvador; creo que esa es una visión catastrófica hablar (de) que estamos a las puertas de un Estado fallido", enfatizó el político.
El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Benito Lara, afirmó el jueves, al rechazar también el señalamiento del arzobispo, que un Estado es fallido cuando "no está en condiciones de prestar todos los servicios que una población necesita" y que "no es el caso de El Salvador",
González remarcó hoy que no hay "ningún metro cuadrado de la República donde las instituciones y el Estado no puedan decir que están cumpliendo sus obligaciones".
Sin embargo, reconoció que el problema de la violencia es grave en El Salvador y que es necesario "que la PNC (Policía Nacional Civil) y todos los organismos (de seguridad) hagan retroceder la delincuencia y el crimen organizado".
El máximo dirigente del FMLN reafirmó que el Gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén prepara una estrategia de seguridad para enfrentar la ola de criminalidad.
Según las autoridades, El Salvador registra actualmente un promedio diario de entre 11 y 12 homicidios, después de que bajara de 14 a alrededor de cinco a partir de marzo de 2012, cuando comenzó una "tregua" entre pandillas que finalmente fracasó.
La población también denuncia a diario que las pandillas han aumentado las extorsiones, robos, asaltos y otros delitos.
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