El papa dice que ante la crisis económica tiene que prevalecer la solidaridad

  • El papa Benedicto XVI expresó hoy su preocupación por la crisis económica actual y dijo que frente a la misma es necesario que prevalezca la solidaridad y no el egoísmo.

Ciudad del Vaticano, 4 oct.- El papa Benedicto XVI expresó hoy su preocupación por la crisis económica actual y dijo que frente a la misma es necesario que prevalezca la solidaridad y no el egoísmo.

El Pontífice hizo estas manifestaciones durante la misa que ofició en la plaza del santuario de Loreto, a 300 kilómetros al este de Roma, adonde viajó para rememorar el viaje que efectuó a ese lugar tal día como hoy de hace 50 años Juan XXIII para encomendar a la Virgen el Concilio Vaticano II.

"En la crisis actual, que afecta no sólo a la economía sino a varios sectores de la sociedad, la Encarnación del Hijo de Dios nos dice lo importante que es el hombre para Dios y Dios para el hombre. Sin Dios, el hombre termina por hacer prevalecer su propio egoísmo sobre la solidaridad y el amor, las cosas materiales sobre los valores, el tener sobre el ser", dijo el papa.

El Pontífice subrayó que "es necesario" volver a Dios "para que el hombre vuelva a ser hombre".

Con Dios -prosiguió el papa- "no desaparece el horizonte de la esperanza ni siquiera en los momentos difíciles, de crisis, ya que la Encarnación nos dice que nunca estamos solos, Dios ha entrado en nuestra humanidad y nos acompaña".

En Loreto se custodia la "Santa Casa de Nazaret", en la que vivió la Virgen María y que fue trasladada por varios ángeles hasta esas tierras italianas del Adriático.

Según una antigua tradición, la Casa de la Virgen fue trasladada desde Nazaret en 1291 primero a Illiria (en la actual Croacia), cerca de un castillo llamado Fiume, y más tarde al territorio de Recanati, en la selva llamada "del Laureto", y sucesivamente sobre la colina donde actualmente está emplazada.

Refiriéndose a la casa de la Virgen, el papa dijo que "ese templo que es María" lleva a reflexionar y a tener la certeza de que la casa de Dios es la casa de todos los hombres, "ya que donde Cristo habita, sus hermanos y sus hermanas jamás son extraños".

La casa de Dios, añadió el papa, "no es una casa privada, no pertenece a una persona o a una familia, sino que es una morada abierta a todos, que está, por decirlo así, en el camino de todos nosotros".

Benedicto XVI dijo también que la adhesión a Cristo no elimina la libertad, al contrario, la crea y la sostiene.

"La fe no quita nada a la criatura humana, sino que permite su plena y definitiva realización", aseguró.

El papa Ratzinger encomendó a la Virgen el Año de la Fe, que abrirá el próximo día 11, el mismo día en el que hace 50 años comenzó el Concilio Vaticano II, y el Sínodo de Obispos para la Nueva Evangelización, que se celebrará desde el 7 al 28 de octubre próximo.

El Obispo de Roma dijo que el Concilio Vaticano II tenía como objetivo "extender cada vez más el rayo bienhechor de la Encarnación y Redención de Cristo en todas las formas de la vida social" y que ese objetivo sigue teniendo vigencia.

Benedicto XVI puso bajo la protección de la Virgen "todas las dificultades que vive nuestro mundo en búsqueda de serenidad y de paz, los problemas de tantas familias que miran al futuro con preocupación, los deseos de los jóvenes que se abren a la vida, los sufrimientos de quien espera gestos y decisiones de solidaridad y amor".

Tras la misa, el papa se reunió con las autoridades religiosas de la zona, con las que almorzó. A las 17.00 hora local (15.00 GMT) tiene previsto regresar al Vaticano, adonde llegará una hora más tarde.

Esta es la segunda vez que el papa Ratzinger visita Loreto, donde ya estuvo en 2007.

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