El fallo, consultado por Europa Press, condena al propietario del establecimiento a un año de prisión por un delito de salud pública en su modalidad de fraude de productos alimentarios al tiempo que el impone el pago de una multa de 1.080 euros a razón de seis euros diarios durante medio año.
El juez, que también ordena la intervención y destrucción de los productos localizados en la nave industrial así como la clausura del local bajo la custodia del acusado, apunta que el acusado guardaba en el establecimiento productos alimenticios para consumo humano y animal tales como arroz, zumos, sémola de trigo, puré de patatas o refrescos sobre los que existía una falta de control.
Según se consideró probado de conformidad con el acusado, la mayoría de los alimentos "estaban caducados, sin trazabilidad ninguna, en muchos casos sin etiquetado, sin control de peligros alimentarios, reenvasados muchos de ellos" y "con presencia de raticidas con aspecto de pienso sin proteger distribuidas por todo el establecimiento".
Igualmente, según la labor desarrollada por la inspección policial, se detectó "abundante presencia de heces de roedores y plumas de aves sobre dichos alimentos, que en parte se habían mezclado con los excrementos, generando todo ello un grave riesgo para la salud". Algunas muestras fueron analizadas en el laboratorio, donde se detectó brodifacoum, "producto nocivo para la salud humana que engendra un serio peligro de envenenamiento".
El local fue desprecintado después de que el dueño resolviera el contrato de arrendamiento que tenía sobre el mismo. Por su parte, el juez accedió a suspender la pena durante un periodo de dos años con la condición de que no vuelva a delinquir durante ese periodo de tiempo.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios