Lisboa, 11 oct.- Nueve médicos costarricenses desplazados a Portugal aguardan desde hace cinco meses la resolución de un trámite burocrático para poder ejercer en el país y lamentan los continuos retrasos y cambios en las condiciones pactadas con el Gobierno luso.
Un portavoz del Colegio de Médicos de Portugal confirmó a EFE que los nueve profesionales están en Lisboa a la espera de que ambos países firmen el llamado "convenio de reciprocidad".
Esta es una exigencia del organismo para los facultativos de fuera de la Unión Europea sin la cual no se les puede colegiar y por tanto no pueden ejercer la medicina.
Los costarricenses están repartidos por los centros de salud de Torres Novas, Cartaxo y Almerim -todos ellos en las inmediaciones de la capital lusa-, donde sin embargo no pueden actuar como médicos.
"Están viviendo aquí y el Estado les está pagando su contrato pese a no poder trabajar", confirmaron esas mismas fuentes, para las cuales el asunto debe ser resuelto por el ministerio de Sanidad del país centroamericano.
En declaraciones a EFE, uno de los médicos -que prefirió no desvelar su identidad- aseguró que actualmente no tienen comunicación directa ni con el Ejecutivo portugués ni con el costarricense, ya que este último no dispone de embajada ni consulado en suelo luso.
"No tenemos con quién hablar, ni sabemos qué hacer y tampoco entendemos de cuestiones diplomáticas", lamentó el facultativo.
La oferta de trabajo a los médicos de Costa Rica se realizó en noviembre de 2010, cuando comenzó el proceso de contratación con la presencia de un representante del Ministerio de Sanidad luso que viajó hasta el país centroamericano.
Entonces se les prometía, según su testimonio, un salario de 3.400 euros mensuales -que ahora ronda los 1.500-, la reagrupación familiar en el país de destino y una rápida incorporación laboral.
"En noviembre se nos dijo que en enero ya podríamos estar trabajando aquí", recordó el médico costarricense, quien subrayó que para aceptar la oferta laboral en Portugal por tres años tuvo que abandonar su puesto de trabajo.
"En Costa Rica nadie mencionó nunca nada el convenio de reciprocidad. Yo no hubiera venido sin estar todo listo", aseguró este mismo facultativo, quien señaló que tanto él como "la mayoría" de sus compañeros no pueden regresar ahora a su trabajo anterior.
La "facilidad" prevista en el papeleo dejó paso, nada más comenzar el proceso, a continuas demoras, un período durante el que también pasaron por dos exámenes no previstos inicialmente y que realizaron todavía en suelo costarricense, según su relato.
La llegada a Portugal se produjo finalmente el 13 de mayo, cuando fueron hospedados en un hotel lisboeta.
Apenas una semana más tarde, la persona que hacía de enlace con el Ejecutivo luso les comunicó vez que faltaba el convenio de reciprocidad y la historia se repite desde hace cinco meses.
El mismo médico apunta, como una de las circunstancias que ha dificultado la resolución del proceso, los cambios en los gobiernos de ambos países.
En Portugal hubo elecciones en junio y salió el Ejecutivo socialista y entró el conservador, mientras que en Costa Rica la ministra de Salud fue sustituida.
La última novedad administrativa se produjo hace unos 20 días, cuando los afectados fueron informados de que el convenio "estaba firmado ya".
"Pero cuando llegó aquí el documento, nos dijeron que no valía" explicó el médico, que tras haberlo leído constata que "se limita a decir que el Gobierno de Costa Rica está dispuesto a negociar un convenio, nada más".
Pendientes de una solución, los nueve afectados viven ahora en apartamentos alquilados cerca de los hospitales que les fueron asignados en espera del día en que puedan trabajar en ellos.
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