(reportaje)un reto de todos: la inclusión laboral de personas con trastorno mental grave

MADRID, 04 (SERVIMEDIA/BEATRIZ SANCHO RODRÍGUEZ)

La inclusión laboral de las personas con trastorno mental grave (TMG) presenta unas dificultades especiales y es por ello que los expertos abogan por encontrar las claves prácticas para impulsar "este reto que nos atañe a todos". Apuestan por medidas ad hoc. Pero para elevar la descorazonadora tasa de empleo de las personas con problemas de salud mental (sólo trabajan un 5% de las personas diagnosticadas con TMG), una cosa está clara: hacen falta ciudadanos activos y comprometidos que se lancen a la gestión empresarial para emplearles.
Las dificultades que tienen las personas con TMG para conseguir un empleo y mantenerse en él se ponen de manifiesto en los lamentables datos obtenidos de medir la tasa de participación en el mercado laboral de este sector de la población. Tan sólo un 5% de las personas diagnosticadas con un trastorno mental grave están trabajando, lo que significa, según informa Feafes Empleo, que "es el sector de la población con la tasa más baja" participando en el mercado. Su tasa de actividad, el 27,1%, también deja en evidencia que es "la peor tasa de todas las discapacidades", cuya media se sitúa en otro lamentable 36,6%.
Todo el discurso sobre la diversidad humana que supone la discapacidad es de derecho. No se puede admitir nada más, ya está superado cualquier modelo anterior. Y no sólo es un deseo, un desiderato, existe un marco jurídico internacional, la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, en su artículo 27, dedicado al trabajo y el empleo, que está firmada y ratificada por España. Son las palabras con las que comenzó su intervención el presidente del Cermi, Luis Cayo Pérez Bueno, en el congreso 'Empleando salud mental' celebrado por Feafes Empleo por su décimo aniversario la semana pasada. "Se trata de derecho constitutivo, no sólo una mera invocación a algo bueno, a algo ético. Es norma jurídica incluso por encima de las leyes españolas y si hay contradicción, prevalece la ley internacional", defendió el presidente del Cermi.
Sin embargo, Pérez Bueno no quiso insistir en que el empleo de las personas con discapacidad, en general, y de las personas con TMG, en particular, mejora a la persona porque eso "ya lo han dicho los especialistas en este congreso". "Yo quiero poner el foco en que la inclusión laboral de estas personas con mayores dificultades mejora el entorno laboral. Que una empresa y una organización económica se abra a la diversidad es un elemento que debería ser egoísta de ella misma porque supone una mejora de sus procesos, de sus procedimientos, de lo que produce. Hay que apelar a esa mejora que proporciona la inclusión de la diversidad, en este caso de las personas con discapacidad psicosocial o enfermedad mental. Mejora los procesos productivos, los procesos relacionales dentro de la empresa, la hacen mejor. Por tanto, la perspectiva no es de ayudar sino de ayudarse", sentenció el dirigente del Cermi.
Pérez Bueno incidió en que el debate de la inclusión laboral de las personas con discapacidad siempre debe estar en la agenda del movimiento asociativo, en que de hecho está, como todo lo que tiene que ver con los derechos, la inclusión social y laboral, y el bienestar de las personas con discapacidad y sus familias que "definitivamente proviene de la propia capacidad de articulación, organización y de que se mantengan activas las propias personas con discapacidad organizadas".
POR UN MODELO QUE DISTINGA
Pero el éxito de la inclusión laboral de las personas con discapacidad pasa, para el presidente del Cermi, por la existencia de ciudadanos activos y comprometidos que tenga objetivos y se lancen a la gestión empresarial para emplearlas. También por la creación de un nuevo modelo de inclusión laboral que, al contrario del anterior, "que dio resultados cuando todo era un páramo, sí distinga por razón de género o tipo de discapacidad. Es perentorio, por tanto, "confeccionar políticas públicas donde esta diferenciación sea más intensa para aquellos que están peor y podamos lograr su inclusión laboral. Porque sí existen diferencias dentro de una misma discapacidad y hay incluso exclusión dentro de la exclusión".
En este sentido, el coordinador técnico de la Red Pública de Atención Social a personas con TMG de la CAM, Abelardo Rodríguez, puntualizó que sigue habiendo una discriminación de la mujer con TMG respecto al hombre con el mismo trastorno porque se piensa que "si se trata de una mujer con estar en casa es suficiente" mientras al hombre se le impulsa a formarse, a trabajar. "Lucho contra esto porque hay que apoyar a las mujeres con TMG para que lleguen al trabajo. La mayoría de ellas llegan mal y tarde".
También denunció que, en general, las personas con TMG llegan tarde al mercado laboral, pero también a los recursos existentes y que el reto para la entidad que coordina es evitarlo y formar a las personas con baja cualificación para que tengan mejor empleabilidad. Además, Rodríguez arremetió contra "el mito de que las personas con TMG no pueden trabajar en absoluto o que no pueden hacerlo a jornada completa".
El nuevo modelo para la inclusión laboral de las personas con discapacidad que se pide desde el Cermi, y por el que seguirá incidiendo, tiene que poner "el acento, el énfasis en las capacidades y en las nuevas realidades como la discapacidad sobrevenida, la cuestión de la prevención social". Pérez Bueno resaltó que todo esto tiene que darse "dentro de un discurso más general que es el del empoderamiento de la persona: que nadie hable por ella, que tome sus propias decisiones y que determine su proyecto de vida pasando por la autonomía económica". "Pero todavía seguimos estando muy lejos del empleo", lamentó.
MEDIDAS AD HOC
Ciertamente, la inclusión laboral de las personas con TMG "es un reto, pero un reto que nos atañe a todos". Lo recordó así el director adjunto del Instituto de Comunicación Empresarial (ICE), Daniel Rodríguez, en su ponencia dentro 'Empleando Salud Mental', poco antes de que el secretario general de Feafes Empleo, Gregorio Bercedo, mencionara que la tasa de desempleo de las personas con TMG alcanza el 80% y sólo el 15% de estas personas tienen un contrato laboral. "Tienen muy difícil su inclusión laboral", subrayó. Sin embargo, Bercedo también ofreció esperanzas e indicó que "todos los expertos dedicados a la inclusión laboral de las personas con TMG saben que la inclusión laboral de las personas con TMG es posible". Para ello, "hay que trabajar medidas ad hoc que les permitan desarrollar todas sus capacidades".
En este mismo sentido, la presidenta de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid, Marina Díaz Marsá nutrió estas mismas esperanzas recalcando que la perspectiva de la evolución de los TMG "afortunadamente, ha cambiado" porque si bien antes "el diagnóstico implicaba el no retorno de la persona a la sociedad y teníamos que buscar cómo entretenerla, hoy la situación es reversible en función del tratamiento que se le dé". Para Díaz Marsa "es necesario actuar en las primeras fases de la enfermedad para evitar el deterioro que de otro modo pueda producirse".
La psiquiatra, además, cuando uno de los participantes insinuó que pudiera ser que no todas las personas con TMG pudieran trabajar, avaló el avance de los medicamentos y retó a cualquier persona del auditorio a intentar averiguar entre muchos de sus pacientes quién sí y quién no tomaba medicación.
En lo que no sólo hubo quórum sino unanimidad entre todos los expertos fue en la conveniencia y exigencia de utilizar medidas específicas, ad hoc, para cada persona con TMG a la hora de propiciar su inclusión laboral. "Es importantísimo analizar muy bien los puestos de trabajo y hacer una labor de encaje para conseguir la inclusión laboral de las personas con TMG", sostuvo Jaume Farré Cortadellas, de 'Incorpora Salud Mental', en su discurso. "Hay que hacer un trabajo a medida de la persona con TMG, romper el estigma y poner en valor sus capacidades". De hecho, informó de que justo por eso en Incorpora Salud Mental ya se han puesto una línea de apoyo a los técnicos de inserción laboral para enseñarles a trabajar con las personas con problemas de salud mental desde el inicio. En este línea, defendió la labor de los profesionales que acometen una actuación integral del trabajador con enfermedad mental para que encaje en el puesto de trabajo.
EL EMPLEO MEJOR EL PRONÓSTICO
"¿El trabajo mejora el pronóstico, el curso de la enfermedad mental en personas con TMG?". Es una de las preguntas que están en el aire durante el congreso y es la presidenta de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid la que responde con rotundidad: "claramente". "Cuando tienes una enfermedad mental, especialmente en sus inicios, en la adolescencia o un poco más tarde, tu vida se derrumba y sientes que sólo eres un enfermo mental. Pero la persona tiene que reconstruir su proyecto de vital y cuando lo tienes lo cuidas, y cuidas también enfermedad. El no tener trabajo causa un estrés al paciente que repercute negativamente en su trastorno", aclara.
"Efectivamente", refrenda el secretario general de Feafes Empleo. "Un trabajo quita mucho estrés de otros ámbitos a las personas con TMG. Cuando una persona que ha sentido truncada su vida por detonársele una enfermedad mental llega a un trabajo, nos encontramos con un trabajador completamente motivado. Y es el propio trabajo, las relaciones con los demás, lo que le permite a la persona trascender muchos de sus problemas relacionados con el trastorno. En ese momento, casi con toda probabilidad, adecuará su medicación al puesto de trajo, que le permitirá comenzar un nuevo proyecto vital, relacionarse con compañeros, amigos, etc., y comenzar a llevar una vida normal. Para ello es fundamental que la persona con TMG tengan voz y voto, que decidan por ellos mismo".
ITINERARIOS INDIVIDUALIZADOS
El secretario general de Feafes Empleo, Gregorio Bercedo, tiene muy claras las dificultades para la inclusión laboral de las personas con TMG que se encuentran en la propia enfermedad, en las repercusiones de la propia enfermedad en la persona, en la formación, en las habilidades sociales y actitudes, y en las aspiraciones adecuadas a ellas, entre otras cosas. Precisamente por estos escollos, Bercedo aboga por la necesidad de configurar redes, itinerarios individualizados en los que participen, de forma coordina, diferentes agentes que abarcarían desde los niveles sanitario y social (coordinación de centros de salud mental y rehabilitación), el formativo y el laboral, que permitan "el acceso que nos ofrece el mercado ordinario, generalista, protegido o autónomo". Sin embargo, destaca que hay que tener en cuenta que estas coordinaciones se desarrollan de diferente forma según el ámbito territorial en que nos situemos.
Según Abelardo Rodríguez, que hizo durante el congreso un análisis de la inclusión laboral de las personas con TMG desde las entidades de la Red Pública de Atención Social a personas con TMG de la CAM, "el elemento nuclear de la inclusión de las personas con TMG es el desarrollo de itinerarios individuales, que acompañen y apoyen este proceso complejo, que es posible". En su exposición dio por sentado que al hablar de itinerarios, "todos tenemos claro que el núcleo vertebrador de la integración social de cualquier persona es el empleo y de un modo especial de las personas con TMG".
También subrayó, como casi todos los expertos reunidos en el congreso 'Empleando salud mental', que hay que tener muy en cuenta las dificultades específicas de las personas con TMG porque su mayor problema no es que no haya un puesto de trabajo adecuado o que estar parado sino que necesitan procesos individualizados y, a veces largos, que le ponga en condiciones de acceder y mantenerse en del trabajo.
Las dificultades que enumera el coordinador técnico de la CAM "parten del propio TMG y otras asociadas: deterioros cognitivos, discapacidades psicosociales, pérdidas de relaciones, pérdidas de algunas competencias claves para la integración laboral, dificultades derivadas del prejuicio social que, a su juicio, "a pesar de todos los avances, sigue siendo un techo de cristal que dificulta los procesos de inserción y recuperación de las personas con TMG. Este es un obstáculo que tenemos que afrontar y trabajar todos juntos. A estas dificultades se les suman las propias del mercado laboral actual", añadió.
Todos estos elementos son claves para ayudar a entender la problemática de las personas con enfermedad mental y para incardinar o fundamentar los "necesarios" itinerarios individualizados que "son una apuesta desde los años 80 para avanzar en este proceso y se han desarrollado sobre la rehabilitación social", explica Abelardo Rodríguez. Esta metodología o técnica, a lo largo del tiempo, se ha desarrollado con cientos de recursos y programas, pero una meta común: "conseguir un proceso específico, estructurado e individualizado para acceder y mantener el empleo".
Con los itinerarios individualizados el coordinador técnico de la CAM asegura que se ayuda a las personas con TMG a potenciar sus capacidades para ser capaces de manejar los retos y las dificultades y favorecer la inclusión sociolaboral. "Hay que trabajar en todos los aspectos claves para el éxito en el trabajo: primero desde el individuo, desde la evaluación específica de la persona, más allá de su TMG, su historia laboral, sus dificultades, sus potencialidades o sus objetivos laborales. Lo importante es trabajar una adecuada orientación vocacional, que ayude a ajustar, de un modo realista, las capacidades de la persona a lo que ofrece el mercado laboral.
Otras claves para el éxito de su inclusión laboral es trabajar los hábitos de trabajo, para personas que nunca han trabajado, hasta elementos esenciales como las relaciones sociales en el ambiente laboral. "Más importante que la tarea encomendada es abordar las dificultades que tienen para relacionarse con jefes, compañeros, la presión y el estrés que sufren", descubrió el coordinador técnico.
EL MEJOR MERCADO
El recurrente debate que siempre surge cuando se habla de la inclusión laboral de las personas con discapacidad sobre cuál es el mejor mercado para la integración, también se produjo respecto a las personas con TMG durante el congreso. Para Daniel Rodríguez "hay que huir de la dualidad entre empleo privado o público. Es un discurso que está abocado a su extinción. Tenemos que insistir en el valor y la dignidad del empleo y dar por válida cualquier oportunidad de trabajo que pase por el apoyo, la adaptación y la no discriminación".
El secretario general de Feafes Empleo apoyaba esta proclama y decía que bienvenida fuera cualquier oportunidad de empleo para las personas con TMG. Fue Jaume Farré, de 'Incorpora salud mental' de Fundación La Caixa, quien verificó con más énfasis la necesidad de que este sector de la población se integre en el mercado ordinario porque "si no hay oportunidad laboral en la empresa, por mucho que nos rompamos la cabeza, no habrá inclusión laboral. La empresa necesita herramientas y vamos a proporcionárselas", vaticinó.
También el coordinador técnico de la CAM sostuvo muy clara su postura: "hay que trabajar con todas las opciones y posibilidades". Para él, el mercado ordinario "debe seguir siendo un foco fundamental. Primero, porque es donde están la mayoría de los puestos que se ofertan, en las empresas. Y segundo, porque es la mejor estructura de normalización de las personas que tienen más dificultades para su inclusión laboral. El mercado ordinario debe ser un objetivo y tenemos que ser ambiciosos en buscar la incorporación de las personas con TMG en él utilizando formas de apoyo específicas como pueden ser el empleo con apoyo. Pero sin negar tampoco la virtualidad y las potencialidades que tiene el modelo de los centros especiales de empleo. Hay quien tilda esta falsa dicotomía de bueno o malo. Lo que hay que buscar son opciones y, en cada caso, encontrar las disponibles que se ajusten a ese itinerario individualizado que permita a las personas trabajar", justificó.
El presidente del Cermi, además, propone como recurso para la inclusión de las personas con discapacidad, en este caso con TMG, excitar el afán competitivo que tiene toda empresa de estar por encima o más adelante de sus competidoras. Y lo explica utilizando el símil de que si para seducir o conquistar a una persona hacemos todo lo posible por captar su atención, nos hacemos los simpáticos y queribles, hagamos esto mismo para conseguir el empleo.
Vistámonos pues con nuestras mejores galas, demostremos nuestros conocimientos, la capacidad de resiliencia adquirida en nuestro peregrinar por la enfermedad mental, nuestra fuerza y nuestras capacidades. Convirtámonos en "amables" para que nos contraten las empresas y seamos ese plus para ellos que los desmarque: enriquecimiento en diversidad, crecimiento de la conciencia y empatía de sus trabajadores. Seduzcámosles, enamorémosles y desmontemos los "fantasmas asociados a la locura" demostrándoles la normalidad de nuestras vidas, la exuberancia de nuestras respectivas idiosincrasias.

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