El biodispositivo cuenta con un termómetro y oxímetro que miden los signos vitales para realizar un análisis de salud del paciente y enviar los datos vía internet al médico. El dispositivo es autónomo y mide los valores por medio de la interacción de una luz con la piel del dedo. De esta manera, procesa la información y la envía a una base de datos sin necesidad de instalar una aplicación móvil o sistemas operativos especiales.
El objetivo principal es centralizar la información para que opere con el Expediente Clínico Electrónico Mexicano y se pueda almacenar el historial médico del paciente. Así, puede ser analizado por cualquier hospital y que el médico "conozca la salud del afectado y la mejor forma de tratar el diagnóstico", ha asegurado el maestro en ciencias en informática de la unidad profesional interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA), Víctor Jalil Ochoa Gutiérrez.
El médico, en este caso, es "el factor importante porque es el responsable de darle un significado a los datos, convertirlos en información valiosa y poder detectar enfermedades o prevenirlas, como la obesidad", ha explicado el especialista.
La innovación cuenta con dos marcas registradas, una patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) y cinco derechos ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor (INDAUTOR). Además, el dispositivo y el sistema informático han sido desarrollados de acuerdo a las normas nacionales y avalados por varios hospitales, como el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), que comprobaron su eficacia en tiempo real.
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