GSK se suma al Día Mundial de la Rabia y ofrece consejos para las personas que viajen a zonas de riesgo

EUROPA PRESS

GSK ofrece consejos específicos en las plataformas web 'Comoviajarsano.com' y 'Viajarsano.com', donde se puede encontrar información sobre los centros especializados más cercanos para cada usuario y recomendaciones en función del país de destino. La información también está disponible en una 'app', tanto para Android como para iPhone. Asimismo, ha editado un material específico sobre rabia disponible en la web 'www.gsk.es'.

Los viajeros que vayan a trasladarse a los países más afectados y que pasen mucho tiempo al aire libre, en particular en zonas rurales, o que practiquen deportes como ciclismo o senderismo, así como los viajeros cuya estancia sea prolongada en zonas donde el acceso a la atención médica sea limitado, deben tomar mayores precauciones.

Asimismo, deben tomar medidas de precaución las personas con ocupaciones de alto riesgo, como quienes por razones profesionales puedan tener contacto con murciélagos, animales carnívoros y otros mamíferos en zonas afectadas por la rabia.

PREVENIR EL CONTAGIO

El hecho de que no existan datos fiables sobre casos de rabia, debido a la infradeclaración en países en desarrollo, y de que no se adopten las medidas preventivas para evitar el contagio, no sólo genera un altísimo coste humano, sino también sanitario.

La rabia está producida por un virus ARN del género 'Lyssavirus' y es casi siempre mortal para los humanos una vez aparecen los primeros síntomas. Más del 99 por ciento de los casos son secundarios a mordeduras de perro, aunque también puede ser transmitida por otros animales, especialmente los murciélagos.

La enfermedad puede adoptar dos formas clínicas, una rabia paralítica caracterizada por la parálisis de los músculos, o una rabia furiosa que cursa con excitabilidad y aerofobia como primeros síntomas.

Para prevenir el contagio, hay que tener en cuenta las áreas donde está más presente la patología. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Europa, Australia, América del Norte y el Cono Sur figuran como zonas de bajo riesgo, mientras que casi toda Asia y África están consideradas áreas de riesgo medio o alto.

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