En este sentido, el director general de Salud Pública y Adicciones, Manuel Molina, ha subrayado que "se trata de recomendaciones sencillas para no olvidar detalles que pueden ser importantes y que, llegado el caso, podrían desencadenar ciertas complicaciones".
Hay que tener especial cuidado con determinados colectivos de viajeros como son los pacientes crónicos, personas mayores, bebés, mujeres embarazadas, personas con discapacidad y personas inmunodeprimidas.
Molina ha recordado que "cualquier viajero afectado por una enfermedad crónica debe llevar en el equipaje de mano su medicación y seguir con total normalidad el tratamiento, tal y como lo haya prescrito su facultativo". Asimismo, ha aconsejado proveerse de medicamentos esenciales, si se viaja al exterior.
Otro aspecto a considerar es la importancia de llevar en formato papel y electrónico el nombre, datos de contacto del facultativo y medicación que se está tomando. En aquellos casos en los que se vaya a viajar al extranjero, en concreto, a países en vías de desarrollo, es fundamental consultar semanas antes con el departamento de Sanidad Exterior.
Los profesionales de Sanidad Exterior son los responsables de aportar información y valorar si es necesario suministrar algún tipo de vacuna o tratamiento de quimioprofilaxis, dependiendo del país al que se vaya a viajar, explican desde la Consejería.
Molina ha indicado que "la quimioprofilaxis es una medida para evitar la posibilidad de contraer paludismo, sobre todo en zonas tropicales. No obstante, solo será efectiva si se continúa tomando durante las cuatro semanas posteriores al abandono de la zona palúdica".
Asimismo, se recomendable contactar con la Dirección Provincial del Instituto Nacional de Seguridad Social para conocer antes del viaje los acuerdos relativos a prestaciones asistenciales que España tiene con otros países.
En el caso de que se vaya a estar varias horas sentado (avión, autobús), hay que tomar medidas preventivas frente al denominado 'síndrome de la clase turista' con el objetivo de evitar la trombosis venosa profunda.
En lo relativo a los viajes en coche se aconseja respetar las señales de circulación, no consumir productos que puedan alterar la conducción, realizar descansos de forma periódica, mantener una buena hidratación y usar ropa cómoda, fresca y ligera.
DURANTE EL VIAJE Y A LA VUELTA
Durante el viaje es necesario vigilar determinados riesgos medioambientales como, por ejemplo, la presión barométrica y los niveles de altitud, debido a que las altitudes pueden provocar una reducción parcial de oxígeno causando hipoxia.
El director de Salud Pública y Adicciones ha recordado que "las altitudes elevadas pueden estar contraindicadas para algunas patologías como, por ejemplo, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica grave (EPOC), entre otras".
Asimismo, hay que vigilar los cambios bruscos de temperatura y evitar el baño en sitios no señalizados, en especial en lugares como ríos y lagos, ya que podrían contraerse enfermedades parasitarias. Para los viajeros uno de los principales problemas es el asociado al consumo de agua y alimentos contaminados. Por ello, se recomienda beber agua embotellada y no admitir cubitos de hielo en las bebidas adquiridas en puestos callejeros.
A la vuelta, sobre todo si se ha visitado una zona tropical o un país en vías de desarrollo, es recomendable informar al médico de cabecera porque, según ha concluido Molina, "las enfermedades tropicales no se manifiestan de forma inmediata y pueden presentarse una vez transcurrido bastante tiempo después del viaje".
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