El doctor el jefe de la Unidad de mama del hospital Quirónsalud Infanta Luisa, José María Sousa Vaquero, señala que "las revisiones están recomendadas a partir de los 45-50 años pero es necesario adelantar la edad en el caso de tener algún factor de riesgo". En este sentido "hay que tener en cuenta los antecedentes familiares, los tratamientos hormonales, la menarquía precoz y la menopausia tardía, así como la obesidad, el sedentarismo y el consumo elevado de alcohol", destaca el doctor Sousa.
"Es importante que cada mujer conozca su cuerpo y que se realice periódicamente autoexploraciones mamarias con el fin de detectar alguna anomalía", continúa a través de un comunicado el doctor Sousa.
En cuanto a las pruebas diagnósticas, el jefe de servicio de Diagnóstico por la Imagen y miembro del equipo de la Unidad de Mama del hospital Sagrado Corazón, el doctor Ignacio Galán Parra, destaca que "la prueba diagnóstica aceptada universalmente para el cribado del cáncer de mama es la mamografía, que consiste en un estudio radiográfico de ambas mamas con dosis bajas de radiación, lo que permite estudiar las diferentes densidades de la estructura mamaria y determinar alteraciones morfológicas, incluso subcentimétricas, que pueden ser no palpables".
Pero, además de esta, existen otras pruebas diagnósticas que son muy útiles en la patología mamaria "como la ecografía o la resonancia magnética, sin olvidar los estudios de citología o biopsia guiados por ecografía o mediante estereotaxia digital", señala el doctor Galán.
Los profesionales recuerdan que, una vez establecido el diagnóstico, se seleccionará la mejor forma de tratamiento para cada paciente, en el caso de ser necesario.
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