Un amplio estudio no halla evidencia para poner un tope por edad a las mamografías

Un amplio estudio no halla evidencia para poner un tope por edad a las mamografías
Un amplio estudio no halla evidencia para poner un tope por edad a las mamografías
EUROPA PRESS
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La mamografía es el examen estándar de imagen para el cribado del cáncer de mama y las directrices sobre a qué edad detener esta prueba de detección de tumores de pecho han suscitado una fuente de controversia y confusión en los últimos años. En 2009, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF, por sus siglas en inglés) publicó nuevas directrices que indicaban que no había pruebas suficientes para determinar el balance de los beneficios y los daños del cribado mamográfico en mujeres de 75 años o más.

"Todos los ensayos controlados aleatorios previos excluyeron a las mujeres mayores de 75 años, limitando los datos disponibles a pequeños estudios observacionales", explica Cindy S. Lee, profesora asistente en la Universidad de California en San Francisco, Estados Unidos. "Ha habido mucha controversia, debate y discusión con respecto a las diferentes directrices sobre la detección de cáncer de mama, incluso entre las principales organizaciones nacionales, en los últimos años", recuerda.

AUMENTO CONTINUO EN LA DETECCIÓN DEL CÁNCER ENTRE LOS 75 y 90 AÑOS

Mediante el uso de la Base de Datos Nacional de Mamografía, Lee y su equipo analizaron datos de más de 5,6 millones de mamografías realizadas durante un periodo de siete años, entre enero de 2008 y diciembre de 2014, en 150 centros de 31 estados de Estados Unidos. Los investigadores analizaron las características demográficas de las pacientes, los resultados de la mamografía de cribado y las conclusiones de la biopsia.

Se clasificaron los datos de más de 2,5 millones de mujeres mayores de 40 años en grupos de pacientes por edad en intervalos de 5 cinco años (40-44, 45-49, etcétera). Se calcularon cuatro medidas de rendimiento estándar para evaluar el funcionamiento de la mamografía como método de cribado para cada grupo de edad: la tasa de detección de cáncer, la tasa de repetición, el valor predictivo positivo para la recomendación de biopsia (PPV2) y realización de biopsia (PPV3).

La tasa de repetición es el porcentaje de pacientes llamadas de nuevo para someterse a pruebas de seguimiento después de un examen de cribado. El valor predictivo positivo refleja el porcentaje de cánceres detectados entre las evaluaciones para los que se recomendó o realizó la biopsia. El rendimiento ideal del cribado sería un incremento de la tasa de detección de cáncer, PPV2 y PPV3, y una tasa de repetición más baja.

En general, los investigadores encontraron una tasa media de detección del cáncer de 3,74 por cada 1.000 pacientes, una tasa de repetición del 10 por ciento, un PPV2 del 20 por ciento y un PPV3 del 29 por ciento. En función del incremento de la edad de 40 a 90 años de edad, estas medidas de rendimiento demostraron una tendencia al alza gradual de la tasa de detección de cáncer, PPV2 y PPV3, pero una tendencia a la baja en la tasa de repetición.

"El aumento continuo de la tasa de detección del cáncer y los valores predictivos positivos en las mujeres entre las edades de 75 y 90 no proporciona evidencia para dejar de realizar la mamografía en función de la edad", afirma Lee. Los hallazgos apoyan el argumento de que la decisión de suspender o no el cribado debe tomarse con la información del historial personal de salud de la paciente y sus preferencias.

"Sabemos que el riesgo de cáncer de mama aumenta con la edad --subraya Lee--. Con la incertidumbre y la controversia acerca de a qué edad detener el cribado del cáncer de mama, queremos abordar esta brecha en el conocimiento utilizando una gran base de datos nacional".

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