El Complejo Hospitalario implanta una nueva terapia quirúrgica para recuperar la movilidad de la mano

EUROPA PRESS

Según han informado desde el complejo hospitalario en una nota, el objetivo fundamental es que dichos pacientes puedan recuperar la movilidad de los dedos de forma precoz evitando la realización de determinadas intervenciones invasivas y facilitando la vuelta a la actividad.

Esta nueva terapia está indicada tanto para pacientes jóvenes y activos que, por su profesión, requieren de mayor agilidad y precisión manual, como para aquellos pacientes que, por presentar otra serie de patologías asociadas de cierto riesgo, no pueden someterse a una intervención quirúrgica.

La enfermedad de Dupuytren es una patología de origen desconocido que se caracteriza por la aparición de una fibrosis que afecta a la palma de la mano o fascia palmar y provoca su cierre progresivo por la retracción del tejido que se encuentra ubicado entre la piel y los tendones flexores de la mano, dando lugar a una contractura y rigidez de los dedos.

Esta fascia palmar tiene la forma de un triángulo cuyo vértice se encuentra en la muñeca y tiene su base dirigida hacia los dedos. La retracción del tejido y sus prolongaciones digitales van formando nódulos y cuerdas fácilmente visibles y palpables desde el exterior (bridas) que cierran lenta, pero progresivamente la extremidad.

Generalmente los dedos más involucrados son el meñique y el anular, pero puede llegar a afectar a toda la mano, invalidando su movimiento y la capacidad para agarrar y sostener objetos, incluso en acciones tan cotidianas como girar el pomo de una puerta o introducir las manos en los bolsillos.

La incorporación en la cartera de servicios del Complejo Hospitalario de Huelva de esta terapia facilita la resolución de dichas bridas sin necesidad de someterse a una intervención quirúrgica, ya que utiliza la infiltración con un tipo de medicamento enzimático, la Colagenasa de Clostridium, que las debilita, con el fin de poder eliminar la brida de forma manual y bajo anestesia local en un periodo de 24 horas, evitando así otras técnicas más invasivas no exentas de complicaciones.

Con esta terapia, el daño que se produce en los tejidos blandos de la mano a consecuencia de la eliminación de la brida es menor y, por tanto, las secuelas son también escasas. No hay que olvidar que las complicaciones de la cirugía convencional tales como las lesiones vasculares, nerviosas y tendinosas son mínimas con esta técnica y que la repercusión estética es mucho menor.

De esta forma se consigue la recuperación de la funcionalidad de la mano sin necesidad de una actividad intensa de rehabilitación, atendiendo solo a pautas de ejercicios indicadas por los facultativos. Todo ello resulta muy positivo en pacientes afectados, mucho más en el caso de profesionales que requieren de una gran agilidad manual, como cirujanos, músicos, pintores.

Desde la Unidad de Mano se ha potenciado este tipo de terapia, que ha requerido de un importante esfuerzo y coordinación por parte de los profesionales del servicio y del área de Farmacia, con el fin de analizar las posibilidades de estos nuevos tratamientos, así como la validez de los estudios científicos realizados, para comprobar su viabilidad y eficacia en la atención de esta patología, así como en la selección de aquellos pacientes que pueden beneficiarse de una forma más positiva de la nueva terapia.

Gracias a la infiltración de este medicamento basado en el uso de enzimas procedentes de bacterias anerobias llamadas Clostridium, de la familia de las productoras del tétanos o botulismo, se produce la resolución de la enfermedad. Además, este tratamiento no cierra el camino a otras técnicas quirúrgicas en caso de recidiva del problema o cuando se necesite completar la resolución de una brida.

La Enfermedad de Dupuytren se presenta de forma frecuente en el entorno, con alrededor de un centenar de pacientes afectados y, aunque está asociada a factores genéticos, también registra como factores de riesgo el consumo de alcohol, la diabetes o el tabaquismo.

Esta patología presenta una mayor incidencia a partir de los 40 años de edad y, en general, los hombres resultan afectados con mayor frecuencia que las mujeres. La primera manifestación de la enfermedad es la aparición de nódulos fibrosos en la zona de los pliegues de la palma de la mano que molesta, pero no duele. En principio se confunde con un callo por trabajo manual, pero progresivamente el nódulo se transforma en una cuerda que se va extendiendo hacia los dedos y va cerrando la mano.

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