El Gregorio Marañón diseña un protocolo para aplicar una sedación moderada a pacientes que precisan un examen de médula

El Gregorio Marañón diseña un protocolo para aplicar una sedación moderada a pacientes que precisan un examen de médula
El Gregorio Marañón diseña un protocolo para aplicar una sedación moderada a pacientes que precisan un examen de médula
EUROPA PRESS
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El centro lleva a cabo cada año una media de 1.000 pruebas de este tipo y de este protocolo se pueden beneficiar alrededor del 90 por ciento de los pacientes a los que se les indican, ha informado el centro en un comunicado.

Este protocolo requiere que el paciente inhale un gas, protóxido de nitrógeno, que induce una sedoanalgesia, que por un lado relaja al paciente y a su vez tiene propiedades analgésicas que reducen el dolor derivado de la punción medular.

Por primera vez en Madrid se implanta esta rutina médica que busca mejorar la calidad asistencial de los pacientes y de la que ya se han beneficiado más de 400 ciudadanos.

La aplicación de este método genera varias ventajas para el paciente como son la disminución del nivel de ansiedad y de la sensación de dolor, pierden el miedo ante la necesidad de próximas pruebas y no hay efectos secundarios remarcables.

Asimismo, los profesionales sanitarios también se encuentran con un paciente más colaborador que facilita el proceso de extracción.

A esto se une que el tiempo de las prueba apenas se incrementa por lo que se puede mantener el mismo número de pacientes atendidos cada día.

SIN NECESIDAD DE QUIRÓFANO

Otro de los beneficios de este protocolo es que los pacientes que por su perfil precisan de entrada de algún tipo de sedación, pueden solventar esa necesidad con este método, sin precisar que esta intervención se lleve a cabo en un quirófano, que queda libre para otro tipo de procesos al igual que su personal.

El nuevo protocolo de sedación sólo requiere un lugar con extracción de gases, equipo de monitorización para la anestesia y la equipación médica para llevar a cabo las pruebas de médula ósea.

Intervienen una enfermera, un hematólogo, un técnico de laboratorio, y cuentan con la supervisión de un anestesista.

Tanto el aspirado como la biopsia de médula ósea son procedimientos a los que suele recurrir para diagnosticar enfermedades de la sangre como anemias, trombocitopenia o recuento anormal de glóbulos blancos; además de tumores de la sangre, metástasis, infecciones graves y algunas enfermedades genéticas.

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