El chupete hasta los tres o cuatro años reduce la probabilidad de muerte súbita infantil, según una experta

  • El uso de chupete hasta los tres o cuatro años, no solo no es perjudicial, sino que puede prevenir algunas enfermedades, además de reducir la probabilidad de muerte súbita infantil, pues impediría el sueño demasiado profundo y, por tanto, la parada respiratoria, según la odontóloga responsable de la Dirección Médico-Asistencial de Sanitas Dental, Patricia Zubeldia.
El chupete hasta los tres o cuatro años reduce la probabilidad de muerte súbita infantil, según una experta
El chupete hasta los tres o cuatro años reduce la probabilidad de muerte súbita infantil, según una experta
EUROPA PRESS
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A pesar de que hay padres que intentan el abandono del chupete en los más pequeños, "no es necesario" que estos pasen por este momento hasta los tres o cuatro años, ya que, hasta esa edad, cualquier problema bucodental ocasionado por la succión del chupete se corregirá en un máximo de seis meses. Además, "este transmite satisfacción al bebé y es una fuente de bienestar y confort", ha explicado la doctora.

Sin embargo, prolongar este hábito más allá de la edad recomendada sí puede ocasionar problemas en el desarrollo natural de la boca, la alineación de los dientes y los cambios en la forma del paladar; así como causar problemas de maloclusión dental, producida cuando las dos arcadas dentales, la de arriba y la de abajo, no encajan correctamente al realizar la mordida.

Además, "la succión constante del chupete puede provocar que los tubos auditivos estén más abiertos de lo normal, lo que permite que segregaciones de la garganta se filtren al oído medio. Esto puede conllevar la transmisión de bacterias que generen infecciones como otitis", ha subrayado la especialista.

Por todo ello, la doctora Zubeldia ha elaborado una serie de consejos para que, cuando llegue el momento, los niños puedan dejar el chupete sin que ello suponga un mal momento. Algunos de ellos están basados en ofrecer al niño alternativas para los momentos en los que solía recurrir al chupete, como un abrazo o acercarle su peluche favorito; además, huir del castigo también es fundamental, sustituyéndolo por refuerzo positivo para conseguir motivar la conducta.

Para la odontóloga es importante también no adelantarse y esperar a que el niño tenga la madurez suficiente para evitar pasar del chupete al dedo, una práctica aún más perjudicial por un mayor riesgo de contener agentes contaminantes y de provocarse lesiones bucodentales o en el propio dedo. Una alternativa a esto es explicar a los pequeños que el chupete se ha olvidado accidentalmente en algún lugar, como por ejemplo, en la casa vacacional.

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