LAS HEMBRAS DE CHIMPANCÉ ‘HACEN COLA’ PARA ASCENDER EN LA ESCALA SOCIAL

Los chimpancés salvajes ascienden en la escala social de diferentes maneras porque los machos desafían activamente a sus superiores mientras que las hembras aceptan su posición en la jerarquía de la comunidad y ‘hacen cola’ esperando a que mueran los miembros situados en un mayor rango para subir socialmente.
Ésta es la conclusión de un estudio realizado por primatólogos de la Universidad Duke (Estados Unidos) y publicado en la revista ‘Scientific Reports’, en el que señala que la situación social es algo más que una cuestión de orgullo para los chimpancés porque los que tienen mayor rango cuentan con un mejor acceso a los alimentos y a los compañeros, aumentando así las posibilidades de supervivencia de ellos y de sus descendientes.
“Hemos encontrado que, después de entrar en la jerarquía de los adultos, hubo una ausencia completa de desafíos exitosos en los aumentos de rango entre las hembras”, apunta Steffen Foerster, autor principal del estudio, quien añade: “Es como hacer una cola formal”.
A diferencia de los machos, que son más gregarios, las hembras de chimpancés tienen a ser solitarias y pasan mucho tiempo consigo mismas o con sus hijos, y los encuentros directos entre las hembras son generalmente raros, lo que dio a los investigadores pocas oportunidades para observar señales del rango social de cada chimpancé.
“Durante mucho tiempo hemos sido conscientes de que en realidad hay diferencias de rango entre las hembras, pero ser capaces de cuantificarlas ha sido difícil porque realmente no interactúan muy a menudo”, apunta Anne Pusey, profesora de antropología evolutiva de la Universidad de Duke y coautora del estudio.
Para explorar cómo las hembras maniobran en la escala social, Foerster, Pusey y otros investigadores analizaron más de 40 años de registros diarios que documentan el comportamiento de un centenar de chimpancés salvajes en el Parque Nacional de Gombe (Tanzania), donde Pusey comenzó a trabajar junto a la primatóloga Jane Goodall en 1970.
A MÁS EDAD, MÁS RANGO SOCIAL
Los chimpancés hacen señas de dominio y sumisión con actos de agresión, como persecuciones y ataques, y por medio de un sonido llamado ‘jadeo-gruñido’, que indica subordinación a un superior. Los investigadores utilizaron un nuevo sistema de clasificación para documentar estas interacciones, que les permite determinar los órdenes de los rangos sociales de los chimpancés machos y hembras y ver cómo cambian en el tiempo.
Sus resultados muestran que, a diferencia de los machos, cuyo rango llega a su apogeo cerca de los 20 años antes de volver a descender socialmente, el rango femenino aumenta gradualmente a medida que envejecen. Además, los machos casi siempre comienzan su edad adulta en la parte inferior de la jerarquía, mientras que la posición de las hembras varía con cada individua.
“Eso parece ser un momento crucial para ellas porque después de entrar en la jerarquía con unos 12 años, no pueden cambiar realmente nada sobre su posición a menos que suceda algo en la parte superior y mueran los individuos”, apunta Foerster. Los científicos aún investigan cómo se establecen las clasificaciones sociales desde el inicio, aunque la evidencia preliminar indica que las hembras con madres en el grupo parecen tener ventaja.
Pese a los beneficios sociales de la reproducción (las hembras de rango superior parecen tener acceso a una mejor alimentación y sus descendientes sobreviven más), la tendencia de las chimpancés a ‘esperar su turno’ en vez de luchar por ascender socialmente revela las prioridades de machos y hembras a la hora de garantizar el éxito de su descendencia.
“Si un macho tiene un rango alto aunque sea por poco tiempo pero se las arregla para fertilizar una gran cantidad de hembras, logra un alto éxito reproductivo. Mientras, una hembra sólo es capaz de criar una vez y su éxito reproductivo depende en gran medida de cuánto tiempo vive”, explica Pusey.
En comparación con los machos, las hembras de chimpancé “probablemente tienen que considerar una estrategia a largo plazo”, según Foerster, quien precisa: “Es potencialmente peligroso desafiar: puede sufrir una lesión o su bebé puede ser matado. Comprobar que las hembras en realidad no luchan por el rango nos dice lo costoso que esos retos deben ser para ellas”.

Mostrar comentarios