Además, la interrupción de los fármacos con estatinas, que reducen el colesterol, entre tres y seis meses después de un primer accidente cerebrovascular isquémico se relacionó con un mayor riesgo de muerte y hospitalización.
Para alcanzar esta conclusión, los científicos analizaron a personas que habían sido hospitalizadas con un accidente cerebrovascular y que habían recibido estatinas de intensidad alta o moderada dentro de los tres meses posteriores a la salida del hospital.
De esta forma, comprobaron que los que habían abandonado el tratamiento tenían un 42 por ciento más riesgo de derrame cerebral y un 37 por ciento más de riesgo de muerte por cualquier causa.
"Basándonos en nuestros hallazgos de este gran grupo de pacientes en el mundo real, creemos que las estatinas deben ser una terapia de por vida para los pacientes con ictus isquémico", ha argumentado el autor principal de la investigación, Meng Lee.
La Asociación Americana del Corazón recomienda la terapia intensiva con estatinas para pacientes que han tenido un accidente cerebrovascular isquémico que tienen un nivel de colesterol LDL de más de 100 mg/dL, pero no recomienda detener las estatinas basándose en un nivel específico de colesterol LDL mayoría de las personas dependiendo del riesgo individual.
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