Expertos del CSIC defienden un debate desapasionado de la nanotecnología para evitar un freno como en los transgénicos

  • Los investigadores del CSIC Pedro A. Serena y Marta Bermejo defienden en su libro 'Los riesgos de la nanotecnología' un enfoque científico de esta actividad para evitar que se frene su desarrollo como ha ocurrido con los transgénicos. "No dejarse llevar por la pasión de 'esto es una locura' o de que el progreso es malo, y tampoco dejarse cegar por el tecnooptimismo", ha explicado Serena en una entrevista con Europa Press, para abordar la publicación que forma parte de la colección '¿Qué sabemos de...' y está editado por el CSIC y Los Libros de la Catarata.
Expertos del CSIC defienden un debate desapasionado de la nanotecnología para evitar un freno como en los transgénicos
Expertos del CSIC defienden un debate desapasionado de la nanotecnología para evitar un freno como en los transgénicos
EUROPA PRESS
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En este sentido, ha señalado que uno de los objetivos del texto es generar un "debate ciudadano" para que la sociedad contribuya "a que la evolución de las nanotecnologías no se interrumpa", como sucedió con los transgénicos. "Con la nanotecnología está ocurriendo una cosa curiosa, da mucho miedo a que se repita la situación de los transgénicos --relata--. Los transgénicos tienen una mala marca en la sociedad, pero nadie sabe si realmente son malos".

A juicio del investigador, la "mezcla de temas políticos" y empresariales con los temas medioambientales y de pérdida de biodiversidad, ha generado un "cacao" en la población que ha provocado que esa industria "se frene".

Para defender esta idea, Serena pone de ejemplo el automóvil: "Si tú tienes una tecnología en tus manos de la que tú eres responsable y puedes decidir quitarla o no, y sabes que todos los años mueren 1,2 millones de personas ¿qué harías?". "Pues es el automóvil", responde el autor, que traslada esta misma cuestión a la nanotecnología.

En general, Serena opina que a día de hoy, los efectos de la aplicación de la nanotecnología "son más positivos" que negativos. Pero aún así, la idea del libro es ofrecer "una visión científica" al lector.

En líneas generales, ambos autores pretenden con este libro hacer una reflexión sobre cómo "mejorar la gobernanza de la nanotecnología" y cómo abordar científicamente sus efectos, al igual que ocurre con otros elementos o productos que ya se aplican a la sociedad.

"Negativa también es la lejía, pero sabemos cómo manejarla y en qué cantidades, entonces de lo que se trata es, que los problemas que vayan a surgir, hay que abordarlos científicamente", expone Serena.

Precisamente, tal y como comenta, cinco de cada cien proyectos de la Unión Europea (UE) sobre nanotecnología, están relacionados con la nanoecotoxicología, cuyo cometido es saber cuál es el impacto de los nanomateriales en el ser humano y en el medio ambiente. "En esto hay que ir profundizando porque del estudio de todo esto va a salir información relevante para hacer una normativa".

EN LA "PREHISTORIA"

El autor compara la actual situación de la nanotecnología con la época en que nació la informática. "Seguramente no tenemos la perspectiva de saber qué es lo que va a venir en el futuro, se ha hecho un recorrido, pero son los primeros pasos en el ámbito comercial y se va incorporando poco a poco en los productos", ha relatado Serena, que incide en que actualmente la nanotecnología se sitúa en un periodo de "prehistoria".

Según el investigador, la nanotecnología puede aplicarse "a todos los ámbitos" y es en los últimos 20 años cuando la nanociencia "salta de los laboratorios de universidades y centros de investigación a empresas", donde llega a materializarse en productos.

Uno de las áreas en las que la nanotecnología ha avanzado más es en la electrónica, según comenta Serena, sin embargo, "una de las grandes bazas de la nanotecnología va a ser la medicina". "Hoy en día, hay casi medio centenar de fármacos que funcionan con nanotecnología, en el sentido en que son fármacos que tienen unas estructuras mesoporosas, nanoporosas, en las que las moléculas activas van insertadas dentro y el fármaco se libera de manera más eficiente", explica el autor, que afirma que gracias a esta tecnología se puede aplicar el fármaco "al lugar donde está la infección o donde hay un tumor".

Además, en un futuro, según añade Serena, la medicina dará paso a la "nanomedicina", que tiene multitud de aplicaciones "en la generación de tejidos, en secuenciadores nuevos genéticos o en terapias contra el cáncer".

EFECTOS NEGATIVOS Y CONFLICTOS ÉTICOS

Pero esta nueva ciencia también puede aplicarse en la aeronáutica, en la automoción, en la alimentación o incluso en la industria textil, entre otros campos que pone de ejemplo el autor del ensayo.

A pesar del "lado rosa" de la nanotecnología, también existen algunos efectos y riesgos negativos en su aplicación. "Una de las cosas que se está extendiendo mucho, y hay parte de razón, son los riesgos de tipo social, como que la nanomedicina va a ser para los ricos y la nanotecnología va a seguir aumentando la brecha o que va a utilizarse para el ámbito militar", explica Serena, que afirma que aún esto no es una "realidad", aunque "muchos grupos de filosofía y ética están en las universidades debatiendo este tipo de cosas".

Asimismo, el auge de la nanotecnología ha generado conflictos ético-morales. "En Estados Unidos, cuando salió la nanotecnología, lo vincularon con las posibilidades de mejorar la especie humana", explica el investigador, que considera este hecho como "preocupante". En cambio, el autor da más importancia a los "riesgos más inherentes" derivados de este tipo de actividad, como es el impacto que puede tener en el medio ambiente.

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