EL SER HUMANO HA CONTAMINADO EL AIRE EUROPEO EN LOS ÚLTIMOS 2.000 AÑOS

- Y no sólo a partir de la Revolución Industrial, según un estudio. La actividad humana debido a la minería y la fundición de metales ha contaminado la atmósfera durante los últimos 2.000 años y no sólo, como es creencia generalizada, a partir de la Revolución Industrial en los siglos XVIII y XIX.
Ésta es la principal conclusión de un estudio elaborado por 11 investigadores de Alemania, Estados Unidos y Reino Unido, y publicado en la revista ‘GeoHealth’, de la Unión Geofísica Americana, a partir de la combinación de datos de núcleos de hielo y registros históricos de la Peste Negra, que mató a millones de europeos a mediados del siglo XIV e interrumpió la fundición del plomo y otras actividades comerciales.
El estudio muestra que la contaminación por plomo de la minería y la fundición de metales ocurrió mucho antes de la Revolución Industrial y sólo la Peste Negra, que detuvo esas actividades, llevó al aire a volver a los niveles naturales, que son esencialmente cero.
“La actividad humana ha contaminado el aire europeo casi ininterrumpidamente durante los últimos 2.000 años”, señalan los autores, quienes añaden: “Sólo un colapso devastador en la población y la actividad económica debido a las enfermedades pandémicas redujo la contaminación atmosférica a lo que ahora se puede denominar con mayor precisión ‘antecedentes’ o niveles naturales”.
El plomo es uno de los contaminantes ambientales más peligrosos y resulta tóxico para el cerebro a niveles extremadamente bajos. Según Philip Landrigan, de la Escuela de Medicina Icahn del Hospital Monte Sinaí, en Nueva York (Estados Unidos), no hay niveles de plomo seguros en los niños.
En el nuevo estudio, historiadores de la Universidad de Harvard y climatólogos del Instituto de Cambio Climático de la Universidad de Maine (Estados Unidos) examinaron los niveles de plomo en el aire porque es un contaminante peligroso y sirve como un indicador de la actividad económica, puesto que aumenta cuando las economías crecen y disminuyen cuando decaen.
GLACIAR DE LOS ALPES
Los investigadores compararon niveles de plomo en alta resolución en un núcleo de hielo tomado de un glaciar en los Alpes con los registros históricos que muestran que la minería de plomo y la actividad de fundición cayeron a casi cero entre 1349 y 1353, en plena Peste Negra.
Encontraron que los niveles de plomo disminuyeron repentinamente en una sección del núcleo de hielo y se corresponden con esos cuatro años. Alexander More, investigador de Harvard y autor principal del estudio, apunta que ese descenso es único en los últimos 2.000 años.
“Cuando vimos la magnitud de la disminución de los niveles de plomo, y sólo lo vimos una vez, durante los años de la pandemia nos quedamos intrigados. En diferentes partes de Europa, la Peste Negra aniquiló a la mitad de la población y cambió radicalmente la sociedad de múltiples maneras. En cuanto a la fuerza de trabajo, la minería de plomo se detuvo esencialmente en las principales áreas de producción”, añade More.
Los investigadores también hallaron otros descensos menores en la acumulación de plomo en el núcleo de hielo. Uno ocurrió en 1460, que pudo deberse a una recesión económica relacionada con la epidemia, y otras tuvieron lugar coincidiendo con una desaceleración econóimca en 1885 y en los años 70 del siglo pasado, cuando se redujo la gasolina con plomo y otras fuentes de este elemento químico.
More subraya que el núcleo de hielo contiene muchos datos adicionales y que son accesibles debido a la precisión del láser de próxima generación del Instituto de Cambio Climático de la Universidad de Maine, y recalca que combinar esos datos con fuentes históricas puede conducir a nuevos descubrimientos en los campos de la ciencia climática, la historia de la salud humana y planetaria, y la historia ambiental y económica.
"Esta investigación representa la convergencia de dos disciplinas muy diferentes, la historia y glaciología, que juntos proporcionan la perspectiva necesaria para entender cómo una sustancia tóxica como el plomo ha variado en la atmósfera y, lo que es más importante, entender que el verdadero nivel natural es de hecho muy cerca de cero”, concluye Paul Mayewski, director del Instituto de Cambio Climático de la Universidad de Maine y coautor del nuevo estudio.

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