Alrededor de 17,6 millones de estadounidenses viven a menos de una milla (1,6 kilómetros) de un pozo activo de petróleo o gas, con lo que están expuestos a vapores tóxicos relacionados con un mayor riesgo de problemas cardíacos y neurológicos, asma, cánceres o dificultades en el nacimiento.
Así se recoge en un estudio pionero realizado por investigadores de PSE Healthy Energy, la Universidad de California en Berkeley y el Harvey Mudd College (Estados Unidos) y publicado en la revista ‘Environmental Health Perspectives’.
Los científicos analizaron pozos de fractura hidráulica (‘fracking’) que usan arena, agua y productos químicos para liberar petróleo o gas de formaciones rocosas, y pozos convencionales de petróleo y gas.
Algunos estudios anteriores han señalado que la producción activa de petróleo y gas degrada la calidad del aire y las aguas superficiales y subterráneas, contamina el suelo y eleva la exposición al ruido y a la contaminación lumínica.
Vivir a menos de una milla de esas instalaciones conlleva un mayor riesgo de problemas de salud, según diversos estudios revisados por pares. La proximidad a esos lugares también está asociada con problemas al nacer, como partos prematuros, menor peso de los bebés y defectos en el tubo neural o cardíacos congénitos.
“Nuestro estudio fue diseñado específicamente para determiner cuántos estadounidenses han aumentado los riesgos para la salud por la exposición potencial a los contaminantes emitidos por el desarrollo de petróleo y gas”, apunta Eliza Czolowski, investigadora del PSE Healthy Energy y autora principal del trabajo.
"PREOCUPACIÓN IMPORTANTE"
Los investigadores encontraron que los estados donde viven más personas a menos de una milla de un pozo de petróleo o gas son Virginia Occidental (el 50% de la población está en esta situación) y Oklahoma (47%). "Cuando uno de cada dos miembros de una población está potencialmente expuesto a un riesgo para la salud, eso es una preocupación importante para la salud pública", apunta Czolowski.
Texas es el estado con más cantidad de personas residiendo cerca de pozos de petróleo o gas (4,5 millones) y 1,4 millones de niños, que son especialmente vulnerables a las exposiciones ambientales, habitan en esos lugares en Estados Unidos.
Por otro lado, Czolowski recalca que, pese a las diferencias de las técnicas convencionales y el ‘fracking’, “los riesgos para la salud pueden ser muy similares”, puesto que muchos contaminantes del aire (como el benceno, el formaldehído y las partículas) se emiten igualmente.
El estudio concluye que, dado el gran número de personas y de porcentajes de poblaciones potencialmente expuestas a contaminantes emitidos por el desarrollo de petróleo y gas, deberían considerarse políticas de regulación y protección de la salud con distancias mínimas entre donde los ciudadanos viven, juegan y crecen, y los lugares donde se produce petróleo o gas.
CASI 18 MILLONES DE ESTADOUNIDENSES, EN RIESGO AL VIVIR CERCA DE POZOS DE PETRÓLEO Y GAS
NOTICIA
23.10.2017 - 02:00h
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