Y es que, tal y como recuerda, los trabajadores de los servicios de salud tienen un mayor riesgo de contraer la gripe y, de hecho, algunos estudios han demostrado que durante los brotes de enfermedad en los centros de salud, más de la mitad de los sanitarios que atienden a los pacientes con gripe se pueden infectar con el virus.
Asimismo, la OMS menciona otras investigaciones que ponen de manifiesto que cuando estos trabajadores se vacunan son más propensos a recomendar la vacunación antigripal a las personas con mayor riesgo de complicaciones.
DIFERENCIAS ENTRE PAÍSES
La mayoría de los países europeos tienen guías oficiales que recomiendan la vacunación, sin embargo no en todos se llevan a cabo. En concreto, los datos de la temporada 2014/2015 indican que, entre los países que informaron sobre la puesta en marcha de campañas de vacunación, en unos se administró al 2,5 por ciento y en otros al 99 por ciento.
Además, más de la mitad de los países informaron de que menos de uno de cada tres trabajadores de la salud se administró la vacuna contra la influenza. "La falta de datos completos sobre la captación de vacuna contra la influenza entre los trabajadores de la salud presenta un desafío para la comprensión de las brechas en la cobertura y la medición de las tendencias nacionales", ha zanjado el organismo.
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