Esta prueba supone un importante adelanto en el área de obstetricia y diagnóstico prenatal y se puede realizar a partir de las diez semanas de gestación, "indicada en aquellas gestantes en las que el resultado del test de cribado combinado de síndrome de Down del primer trimestre ha sido de riesgo elevado o intermedio", ha explicado el doctor Albi, "de ahí que en la actualidad su uso deba ser considerado únicamente de utilidad para el cribado de las trisomías más prevalentes: 21, 13 y 18".
"En ocasiones el número de fragmentos de DNA fetal en sangre materna es bajo y el resultado no es válido. A veces ocurre, sobre todo, en mujeres obesas", ha subrayado Albi.
El doctor ha concluido destacando que, gracias a este test, "se conseguirá una capacidad diagnóstica algo superior al 99 por ciento con tan solo un 1 por ciento de falsos positivos. Esto supondrá una importante reducción en el número de pruebas invasivas (biopsia corial, amniocentesis) que siempre conllevan un riesgo para el feto".
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