El Ejército de Estados Unidos ha adjudicado un contrato para probar una nueva fibra basada en la seda de araña, denominada Dragon Silk, con el objetivo de producir una armadura corporal flexible. Una alternativa más ligera a los tradicionales chalecos antibalas.
El contratista es la empresa de biotecnología con sede en Michigan Kraig Biocraft Laboratories. Se ha especializado en la producción de fibras de alto rendimiento basadas en telas de araña mediante ingeniería genética.
"Vamos a proporcionarles una serie de diferentes densidades de hilo, espesores y técnicas de construcción que van a ser probadas con los estándares de rendimiento del material", dijo el jefe de operaciones Kraig Jon Rice, según Defense One. "Las muestras de prueba serán evaluadas para aplicaciones de protección crítica de los soldados".
Aunque el kevlar es más duradero, Dragon Silk (como se denomina la fibra en inglés) muestra la flexibilidad como ventaja, que llega al 30 o 40 por ciento, diez veces más que el kevlar. No obstante, el objetivo no es reemplazar al kevlar.
Kraig Biocraft anunció en 2015 la línea de producción Dragon Silk, basada en gusanos de seda transgénicos, con una fibra más fuerte, más elástica que la seda del gusano de seda de calidad comercial, y más fuerte y más elástica que algunas sedas de araña.
La tecnología se basa en la manipulación genética consistente en introducir piezas específicas de ADN de araña en los huevos de gusanos de seda, creando un nuevo tipo de gusano de seda que puede producir seda de araña.
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