De 'Juego de Tronos' a 'Stranger Things': así sacan partido a los parones

  • En la industria norteamericana son expertos en aprovechar los parones para generar expectación extra y, así, en esa espera, alimentar más la iconografía de la producción.

    Es la manera de mitificar los productos de ficción de tal forma que su regreso siempre se convierta en un acontecimiento sin rival, un éxito asegurado.

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CHANCE
Borja Terán

'Juego de Tronos' ha vuelto a HBO este verano y 'Stranger Things' lo hará el 27 de octubre. Y las dos series han conseguido que sus más acérrimos seguidores esperen con emoción durante más de un año los nuevos episodios. 

A diferencia de la ficción española, que suele perder adeptos cuando se produce cierta distancia entre una temporada y otra de sus series, en la industria norteamericana son expertos en aprovechar estos parones para generar expectación extra y, así, en esa espera, alimentar más la iconografía que idealiza la producción.

Es la manera de mitificar los productos de ficción de tal forma que su regreso siempre se convierta en un acontecimiento sin rival, un éxito asegurado.

Para lograr esta percepción, las networks norteamericanas optan por crear un plan de marketing a través de tráilers, lanzamiento de carteles, filtración de noticias (y rumores) y adelanto de imágenes que se colocan estratégicamente en meses previos para, de esta forma, originar debate e incluso propiciar especulaciones en el público de lo que puede o no suceder en las nuevas tramas.

Así se hace la espera más corta pero, además, en esta táctica de dosificar la información de forma ordenada y controlada, no pierde fuelle el interés por el producto de ficción. Al contrario, sigue en el punto de mira y la espera multiplica la fascinación por la serie.

Pero la estrategia de 'echar de menos' es aliada en el marketing de una ficción sólo si existe una fecha de regreso marcada con la antelación suficiente. Es la gran asignatura pendiente en España, donde los parones de emisión suscitan sensación de maltrato al producto o, directamente, despiertan susceptibilidades sobre su calidad, ya que a veces se piensa que la propia cadena no confía en los derroteros que ha tornado la serie y por eso no estrenan nuevos episodios o no anuncian fecha. Pasó, por citar ejemplos cercanos, con las últimas temporadas de 'Tierra de lobos' o 'ByB' en Telecinco: tardaron tanto en llegar que su público directamente ni las esperaba ya, porque ni recordaban lo sucedido en las tramas. Y el resultado fue que se despidieron tocadas y hundidas, por la puerta de atrás. 

Nada que ver con la mecánica de la industria norteamericana, que entiende la importancia de señalar en fosforito en el calendario el día y la hora en la que regresan sus producciones. De hecho, se hace con meses y meses de antelación. Es la única manera de que el espectador no se enfríe y esté tranquilo con la certeza del regreso. Y, al mismo tiempo, les permite diseñar un plan de marketing coherente y efectista para calentar los motores progresivamente y suscitar la ansiedad del público durante la demora. Así, cuando llega el día, lo único que puede pasar es que resulte un evento infalible.

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