Los partidos políticos apenas recaudan el 10% de sus fondos por cuotas de afiliados

  • El PSOE es el que más ingresos logra de sus militantes y la dependencia de las subvenciones públicas de los cuatro grandes alcanza el 70% del total.
Cuentas de los partidos en 2017
Cuentas de los partidos en 2017
Nerea de Bilbao

Si no fuera por el dinero de todos los españoles (en forma de subvenciones recurrentes y electorales), los partidos políticos tendrían más que dificultades para cubrir todos sus gastos, muchos de ellos en forma de deudas millonarias (e históricas). Dicho de otra forma: si dependieran de lo que ingresan directamente de sus afiliados a través de las cuotas, las cuatro grandes organizaciones nacionales -Partido Popular, Partido Socialista, Ciudadanos y Podemos- serían mucho más pequeñas en su estructura. Al menos, y si su tamaño dependiese de su capacidad de ingresar por sí mismos, serían una décima parte de lo que son en estos momentos.

Tal y como revelan las últimas cuentas correspondientes al año 2017 y que se elevaron al Tribunal de Cuentas para su fiscalización a finales de junio, los cuatro grandes partidos españoles sumaron unos ingresos conjuntos en el último año de 171.673.611 euros (sin incluir los fondos recibidos por la actividad electoral, que contabiliza aparte) y el volumen (también conjunto) de lo que percibieron en ese mismo periodo en forma de cuota de sus fieles asciende a 16.925.108 euros.

En porcentaje, un 9,85%; dicho directamente, solo cubrirían uno de cada diez euros de sus gastos si no tuvieran el respirador de las subvenciones públicas (menguantes, por otra parte, desde que el Gobierno de Rajoy decidió recortarlas en plena crisis económicas hasta en un 40% respecto a lo que recibían antes de la recesión).

Mucho se habló en esos mismos días de junio en los que se presentaban las cuentas por cada una de las formaciones del número de afiliados real que tenía el Partido Popular, entendiendo por real que cumpliera con sus obligaciones de pago. Que si abonaban su cuota una parte mínima, que si estaban infladas las cifras de las que presumía Génova y con las que proclamaba ser ser el partido más grande de Europa... El proceso de inscripción para participar en la elección del nuevo presidente terminó desvelando la incógnita y, a partir de los que solicitaron su participación (menos de un 8%), se determinó que el censo total de simpatizantes ascendía a 869.535 personas.

A falta de que se revisen esos datos por la nueva directiva (todos los candidatos admitieron que la lista estaba sobrevalorada), la realidad de las cuentas refleja que el PP recaudó casi 4,2 millones de euros en 2017 de sus afiliados, una cifra que supone a la vez un 9,5% de los casi 44 millones de euros totales ingresados en aquel ejercicio. Aunque en el PP no se exige una cuota fija y se permite que cada afiliado pague en función de sus posibilidades, la media resultante es de menos de cinco euros por persona al año.

Mientras tanto, en el PSOE sí podrían presumir un poco más de la implicación económica de sus afiliados. Es el partido, de entre los cuatro más grandes, que más ingresa por cuotas, tanto en términos brutos como en porcentaje. Según las cuentas publicadas en su página web, Ferraz recibió de sus simpatizantes un total de 9,5 millones de euros en 2017, lo que representa un 11,35% de sus ingresos globales. Aceptando como válidos los 190.000 afiliados que se conocen como último dato disponible, sale una aportación de unos 50 euros por cada uno al año. El gran problema del PSOE, de todos modos, continúa siendo su importante deuda financiera, que superó los 50 millones de euros al cierre de 2017.

Una cifra muy similar en cuanto al porcentaje de ingresos (ya que deuda apenas tiene) presentó Ciudadanos en sus cifras de 2017, ya que las cuotas de afiliados aportan el 11,35% de los ingresos totales, con 2,2 millones de suma para unos 23.000 afiliados. Todo esto supone que cada uno de los simpatizantes naranjas aportan casi 100 euros al año para apoyar a los suyos.

En el lado opuesto se encuentra Podemos, con algo menos de un millón de recaudación por cuotas (944.534 euros), si bien su sistema de financiación (en el que no recurren a los bancos, y por eso no tienen deuda en este apartado, y sí reclaman a sus cargos públicos parte de su salario) es bastante distinta a los demás partidos. Sea como sea, la afiliación solo significa el 4% del total de los ingresos de la formación morada.

Precisamente, Podemos es el partido que más recaba de sus representantes públicos, dado que tres de cada cuatro euros que ingresan por su cuenta vienen de esta fuente. Por su parte, PP, PSOE y Cs engrosan cada uno sus arcas por esta vía en una proporción similar de uno de cada tres euros. Es decir, dependen algo más de sus militantes.

Sin embargo, los partidos políticos en España viven claramente de las ayudas públicas. Entre los cuatro más importantes, su dependencia alcanzó en el año 2017 el 70% de sus ingresos totales, hasta 119,2 millones de ingresos de origen públicos respecto a los 171,6 millones de fondos totales (y siempre dejando al margen la actividad electoral). Una cifra que ha descendido en los últimos años de forma paulatina debido a ese doble recorte de un 20% en dos años consecutivos aplicado por el anterior Ejecutivo en los peores años de la crisis.

Régimen fiscal especial

Este carácter eminentemente público es el que también los convierte en un tipo de organización con un carácter fiscal de condiciones muy peculiares. Entre los cuatro partidos abonaron un total de 1.689.513 euros en concepto de tributos durante el año 2017, lo que se traduce en apenas un 0,98% sobre el total de sus ingresos y poco más de un 7% si la cuenta se hace sobre sus resultados positivos (solo el PP presentó un balance negativo de 1,9 millones frente a los 23,9 millones que sumaron las otras tres organizaciones).

Pero aquí es donde entra la peculiaridad de los partidos políticos, para los que se debería aplicar el Impuesto de Sociedades, cuyo tipo general se encuentra en un 25%. No obstante, el capítulo 10 de la Ley de 8/2007 sobre financiación de los partidos políticos deja muy claro que estos “gozarán de exención en el Impuesto sobre Sociedades por las rentas obtenidas para la financiación de las actividades que constituyen su objeto o finalidad específica”.

Y en su apartado dos especifica todas estas actividades exentas, que van desde “las cuotas y aportaciones satisfechas por sus afiliados”, a las “subvenciones percibidas”, pasando por las “donaciones privadas efectuadas por personas físicas así como cualesquiera otros incrementos de patrimonio que se pongan de manifiesto como consecuencia de adquisiciones a título lucrativo” o “los rendimientos obtenidos en el ejercicio de sus actividades propias”.

También se aplica la exención a “las rentas que se pongan de manifiesto en la transmisión onerosa de bienes o derechos afectos a la realización del objeto o finalidad propia del partido político siempre que el producto de la enajenación se destine a nuevas inversiones vinculadas a su objeto o finalidad propia o a la financiación de sus actividades” y “los rendimientos procedentes de los bienes y derechos que integran el patrimonio del partido político”. Todas estas excepciones hacen que, al final, su factura fiscal sea bastante baja en el cómputo definitivo.  

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