Iberdrola dialoga con el Gobierno para pactar los objetivos de las renovables

  • El presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, asume que es factible cerrar las centrales nucleares sin que afecte a al suministro.
Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola
Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola
Europa Press - Archivo

Cambio de talante en las relaciones entre las grandes eléctricas y el Ejecutivo. El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, reconoce que su compañía ya ha mantenido reuniones con el Gobierno de Pedro Sánchez en las que se ha abordado el nuevo horizonte de producción renovable para la próxima década. Y lo ve factible.

"Ya ha habido reuniones", ha asumido en la conferencia con analistas en la que ha presentado los resultados de Iberdrola durante la primera mitad de 2018. Unos contactos, con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en los que la eléctrica considera que los objetivos planteados  están "en línea con nuestra forma de proceder y visión". Así, la compañía ve factible y "apoya" llegar al objetivo del contar con un 32% de renovables en el año 2030.

"Según nuestros estudios, España podría perfectamente alcanzar el objetivo del 32% de renovables, con un nivel de renovable eléctrica libre de emisiones del 70%, sin que se viera afectado en absoluto el suministro y con, incluso, una posible reducción en el coste de generación", ha indicado el presidente de Iberdrola.

"Tenemos expectativas de cambio de verdad en la política y el planteamiento a seguir respecto a la transición energética", ha señalado Sánchez Galán, apuntando (sin citarlo) a la diferencia de talante de Rivera respecto a su antecesor en materia energética, el exministro de Energía Álvaro Nadal.

En cuanto a la extension de vida útil de las centrales nucleares, Sánchez Galán ha reconocido que se puede afrontar su cierre "sin que afecte al suministro". Eso sí, para lograr los objetivos que vienen planteados desde Bruselas, es necesario cerrar las plantas de carbón, dado "que emiten el 20% emisiones".

Los objetivos de transformación energética vienen marcados por la Unión Europea. A mediados de junio, los estados miembros y el Parlamento comunitario fijaron el objetivo vinculante de conseguir que las renovables supongan el 32% del consumo en 2030, aunque podría revisarse al alza dentro de cinco años, en 2023. Ahí, el nuevo Gobierno español fue incluso más ambicioso, porque planteaba que ese porcentaje llegara hasta el 35%.

Y, en paralelo, está el cierre de las centrales nucleares una vez expire su vida útil, cuando cumplan 40 años de operación, según ha planteado el Gobierno socialista. "Según muestran estudios que ha indicado la Ministra, su cierre a los 40 años es perfectamente factible sin afectar al suministro", ha resaltado Sánchez Galán. "Para extender su operación, serían necesarias inversiones de varios miles de millones, que tendrían que ser remuneradas con el consiguiente efecto en los precios". Es decir, afectaría a la factura que pagan los consumidores. 

En el otro escenario, en el que se camina a una producción 'verde', el presidente de la eléctrica ha apuntado que "un plan con un 70% de renovables supondría inversiones de entre 70.000 y 80.000 millones en España". Una inversión que no sólo realizaría la eléctrica vasca, sino todo el sector y que estaría centrada en proyectos renovables y de redes, para integrarlas. De hacerse, supondría la "creación de empleo de varios cientos de miles de puestos de trabajo".

Y habría otro efecto en el empleo porque, según ha señalado Galán, el desmantelamiento de la actividad de las centrales térmicas de carbón y nucleares seguiría permitiendo el mantenimiento de buena parte del empleo existente en la actualidad, hasta al menos el año 2030. Así, se crearía una industria del desmantelamiento que iría en paralelo a la construcción e instalación de renovables.

Resultados a junio

En cuanto a los resultados de la eléctrica en la primera mitad del año, Iberdrola recortó un 7,1% su beneficio neto (a 1.410,5 millones de euros) ya que este año no ha contado con los mismos extraordinarios que en el inicio de 2017. Entonces, se apuntó 442 millones de euros gracias a la operación de fusión de Siemens Gamesa y a la revisión efectuada de los precios de la cartera de contratos de gas en España. Además, en este semestre ha registrado un impacto negativo en el beneficio de 69 millones de euros por la evolución de los tipos de cambio.

Por ello, al excluir estos conceptos, el beneficio neto ordinario de Iberdrola fue de 1.367,7 millones de euros en el primer semestre, un 27% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior.

Mientras, sus ingresos se dispararon un 17,5%, hasta 17.586,6 millones. La eléctrica mantiene su previsión de cerrar el año con un beneficio de unos 3.000 millones de euros.

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